El Domingo de Ramos se divide en dos grandes ritos: por la mañana, la bendición y procesión de palmas. Algo que no es único de la Semana Santa Marinera. Prácticamente no hay parroquia en la ciudad que no tenga este acto. En el distrito semanasantero, sin embargo, cobra doble valor por la celebración de procesiones. Y además, ya por la mañana empieza uno de los actos característicos: el traslado de las imágenes a los diferentes locales y domicilios donde, convenientemente adornados, esperarán la visita ritual de miles de personas, que han convertido estas visitas en una liturgia inexcusable.

Por ejemplo, a las 13.00 horas, la Hermandad de de Vestas del Santísimo Cristo del Buen Acierto ha realizado el traslado de su imagen titular desde la plaza Iglesia del Rosario hasta su sede, en la calle José Benlliure número 91, donde permanecerá expuesto a veneración popular hasta el Viernes Santo.

También sobre esa hora, la Cofradía de Granaderos de la Virgen de los Dolores ha trasladado a su imagen titular, la Virgen de los Dolores, hasta su local social, en la calle Ernesto Anastasio, 14, donde quedará ubicada en una capilla durante los días de Semana Santa.

La imagen de la entrada de Jesús en Jerusalén, por contra, pasará al Museo, una vez cumplido el episodio histórico.

Por la tarde continuarán estas procesiones, de la que la más espectacular es la que se celebra en el Cabanyal. Allí, y durante tres horas, todas las hermandades y corporaciones sacan las imágenes y hacen una procesión conjunta para, una vez completada, crear otras diez procesiones para llevar cada imagen a sus respectivos domicilios.