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Remodelación

La plaza inacabada

La remodelación que proponen Tomás Llavador y Escario recupera la plaza de la Reina para el peatón

La plaza inacabada

La actual plaza de la Reina es el resultado de un proceso de renovación urbana iniciado en el año 1868 con el derribo del convento de Santa Tecla y la reordenación del entorno con vistas a la apertura de la calle de la Paz. Siglo y medio lleva esta plaza, en la actualidad uno de los entornos más emblemáticos y turísticos de València, en busca de un diseño que perdure.

Como resultado de los planes de reforma urbana se fue configurando el espacio que hoy es la plaza de la Reina, que limita al norte con la catedral. Al oeste mantiene la alineación de la antigua calle de Zaragoza, cuyo trazado explica la ubicación de la extraordinaria puerta barroca de la Seo. El lado oriental es el resultado de una importante transformación realizada en los años 60 del siglo pasado con la realineación de las manzanas y de la línea de fachada que anteriormente venía definida por la calle dels Campaners. La parte sur es la antigua plaza de Santa Catalina y la nueva alineación originada a finales del siglo XIX con la apertura de la calle de la Paz.

El arquitecto José María Tomás explica que en el proceso de transformación de la plaza de la Reina se diferencian tres etapas. El primer periodo (1870-1911) está vinculado a los proyectos de reforma interior impulsados en la ciudad como el del barrio de Pescadores o la calle Poeta Querol. El segundo periodo (1925-1951) estuvo marcado por la búsqueda de una arquitectura monumental para la plaza. El tercer periodo (1953-2018) se distingue primero por la privatización del espacio público y, posteriormente, por la protección y recuperación del mismo para uso ciudadano.

En 1891, Luis Ferreres presentó su proyecto de Reforma Interior contratado por el ayuntamiento y denominado «Proyecto de Gran Vía de 30 metros entre las expuertas de Ruzafa y San José», que contemplaba la prolongación de la calle de la Paz, la reforma de la Plaza de la Reina y la construcción de una manzana triangular para ubicar el Palacio de Justicia y las casas consistoriales junto a la plaza de la Reina. El proyecto se estancó, pero no se olvida, y el esfuerzo municipal se desplaza a la plaza del Ayuntamiento, entonces de Castelar y antes de Sant Francesc.

La apertura de la calle de la Paz y la plaza de la Reina fue coetánea de la construcción de la Puerta del Sol en Madrid (inaugurada en 1860) y otras actuaciones como la apertura de la vía layetana en Barcelona (1887). En València el proyecto no encontró respaldo alguno popular, quizás por la proximidad del centro religioso de la ciudad.

El segundo periodo de la plaza se inicia con los primeros trabajos del arquitecto municipal Carlos Carbonell y sucesivos ajustes de alineaciones. En 1951 se llevó a cabo un concurso de ideas para su remodelación. El primer premio lo gana Vicente Figuerola con un proyecto geométrico de apertura de plaza, diferente al diseño de Goerlich y de Aymami.

El tercer periodo se inicia con el Plan de Julio Bellmunt de 1953. Continuaron algunos derribos y expropiaciones y en 1958 se instala la fuente luminosa monumental en el centro de la plaza. La fuente solo duró una década y se trasladó a los jardines del Real o Viveros cuando se empezó la construcción del aparcamiento subterráneo en 1968. Con la construcción del parking desaparecen los árboles y se inaugura un negocio concesional importante que ha permanecido en manos privadas hasta 2017. Con las obras desaparecieron, de forma irreparable, los vestigios arqueológicos de la ciudad romana.

En 1962, la plaza está casi urbanizada, aunque aún incompleta espacialmente. En este espacio se consolida la imagen que hoy tenemos, con las obras del aparcamiento dirigidas o supervisadas por el ingeniero Manuel Calduch y los jardines diseñados por el arquitecto Mauro Lleó.

En 1981, con el gobierno local del socialista Ricard Pérez Casado, se suspende el Plan Parcial que daba soporte urbanístico a las alineaciones y determinaciones del Centro Histórico. A partir de este momento, se establece una ruptura con el pasado urbanístico y se inicia un proceso de recuperación patrimonial de la ciudad y de atención a la protección de espacios urbanos y monumentos del conjunto histórico.

El Plan prevé limitar el tráfico urbano y crea un catálogo de protección de edificios y regulación de los entornos de interés patrimonial. En 1999 el Colegio de Arquitectos convocó un concurso de ideas para la remodelación de la plaza, que ganaron Miguel del Rey, Íñigo Magro y Antonio Gallud, dentro de la preocupación del colectivo por la mejora urbana de la ciudad. Este diseño planteaba la peatonalización de la plaza y la reordenación de las entradas al aparcamiento, pero tampoco vio la luz.

El Ayuntamiento de València convocó en 2016 un nuevo concurso para la urbanización de la plaza de la Reina, acompañado de un proceso de participación ciudadana cuyo diseño definitivo se presentó el pasado jueves y que llevará el sello de José María Tomás y Antonio Escario.

¿Será este el último y definitivo proyecto para la inacabada plaza de la Reina?

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