Durante el próximo año, la Iglesia y la familia vicentina celebrarán el sexto centenario de la muerte (o el «tránsito») de San Vicente Ferrer, ocurrido en Vannes en 1419. Ayer dio comienzo el Año Santo Jubilar durante la misa pontifical en la que se dio lectura al decreto del arzobispo para obtener la indulgencia plenaria.

En la misa, que por precepto imparte un dominico, el mensaje transmitido fue plenamente evangélico. En varias ocasiones el fraile José Manuel Alcácer reiteró la necesidad de «levantarse y no avergonzarse del Evangelio, que defendió como luz y fuerza», una labor que también fue civilizadora por «condenar los abusos e injusticias; contribuir a mejorar las costumbres; promover la dignidad de la personas; proteger y favorecer al desvalido; poner la paz entre los que se encuentran enfrentados por odios irracionales y buscar sin descanso el bien común».

«Que no decaiga el patronazgo de San Vicente en València , en un tiempo en el que no es fácil ser cristiano y que este centenario suscite nuevas vocaciones», incluyendo que éstas se sumen a la orden predicadora de los dominicos a la que perteneció el «Pare Vicent».

Esta misa estuvo acompañada por un concierto de campanas al acabar la misma y en la que, de las once que hay en el campanario del Micalet, intervinieron diez, cinco grandes y cinco pequeñas. Todas menos la Catalina. Un concierto que, como reconocía el responsable de los Campaners de la Catedral, Francesc Llop, «no me consta que se haya producido nunca».

El volteo manual de las once al unísono sólo se produce una vez al año, en la festividad de Corpus, y en ocasiones excepcionales, como el nombramiento de papas y arzobispos. Pero las diez «han conformado una partitura excepcional. Nuestra obligación es investigar, no caer en el aburrimiento y variar los conciertos en la medida de lo posible». Este volteo único se repetirá previsiblemente el próximo año, en las celebraciones del centenario.

Y también en Santa Catalina

También la iglesia de Santa Catalina se sumó a la celebración con un volteo manual de las campanas «María Asunción» y «Eloy» (la que hasta no hace mucho tiempo estaba en el campanario de la Catedral). Las campanas de dicha torre no sonaban a mano, según la asociación Mestres Campaners, desde la visita del papa Benedicto XVI a Valencia en 2006.

Los festejos finalizaron con la segunda procesión masiva, la General, que partió desde la Catedral, y con las bajadas de los santos desde los altares.