El proyecto de regeneración ambiental con bacterias, pionero en València, que llevará a cabo la Fundación Aguas de València en el tramo final del cauce del Turia permitirá en seis meses una mejora considerable en la calidad del agua de esta zona, eliminando los malos olores que sufren los vecinos de los barrios próximos, como el de Natzaret, y los episodios de mortandad de peces que se repiten todos los veranos. Si el método funciona podría aplicarse a otros espacios naturales como el lago de la Albufera para descontaminar los lodos del fondo, según informó ayer el concejal del Ciclo del Agua, el socialista Vicent Sarrià, tras la firma del convenio con Global Omniun (Aguas de València), que supondrá una inversión de 140.000 euros.

El proyecto de regeneración o biorremediación se desarrollará a lo largo de seis meses, en los que harán aportes al agua semanales, manuales y mecánicos, de 10.000 litros de reactivos con bacterias, en total se inyectarán 240.000 litros en medio año.

Tal como avanzó este diario, se intervendrá en el tramo del antiguo cauce del Turia, entre la Ciudad de las Artes y las Ciencias y el puente de Astilleros, con el objetivo de recuperar «la calidad medioambiental» de este espacio. La regeneración del agua, apuntó Sarrià, permitirá avanzar en el acondicionamiento provisional y «adecentar» para los vecinos el tramo final del Jardín del Turia .

La biorremediación es un proceso en el que se utilizan microorganismos (bacterias) o sus enzimas para devolver a su condición natural el medio ambiente natural alterado por la acción humana en un entorno. Esta práctica, que se ha llevado a cabo «con éxito» en diferentes países como Sudáfrica o China, disminuye los sedimentos orgánicos y mejora la calidad ambiental.

Sarrià y el consejero delegado de Global Omnium, Dionisio García,firmaron ayer el convenio para la recuperación del tramo final del río, una intervención provisional «mientras llegan las actuaciones urbanísticas y de infraestructuras previstas en esta zona de la ciudad», apuntó el concejal. Sarrià aseguró que la construcción del colector norte en el tramo final del río es una intervención económicamente costosa en la que se buscará la participación de la CHJ y de la Generalitat. «Es una obra que el ayuntamiento no puede abordar en solitario», destacó el concejal.

La ejecución del tramo final del Jardín del Turia está pendiente del desarrollo urbanístico de los sectores de Moreras y Grao, y condiciona el desarrollo del futuro Parque de Desembocadura, junto a Natzaret, donde se incluye una playa artificial. Sarrià explicó que en la actualidad el problema de este tramos son los lodos contaminantes que se acumulan en el fondo del río tras años de haber sido utilizado como alcantarilla. La calidad del agua ahora es buena, el problema son los fangos del fondo, destacó Sarrià.

Descarga de bacterias naturales

Las bacterias que se aportarán «transformarán los lodos en materia inerte y eliminarán así la causa de la fermentación y las molestias». Los responsables de Omnium explicaron que para inyectar los microorganismos se harán semanalmente descargas de bacterias específicas en tres puntos de la zona sobre la que se va a actuar. Dos de ellos estarán situados en la parte inicial del último tramo del antiguo cauce y otro en una zona intermedia. El representante de Global Omnium subrayó que se trata de «bacterias naturales», no modificadas genéticamente. Añadió que se va a actuar «de distintas maneras» en el espacio que se va a tratar teniendo en cuenta que tiene diferentes calados, que hay espacios en los que se combina el agua dulce y la salada y los cambios de temperatura.