Aunque resulta imposible contarlos uno a uno, la Batalla de Flores contará por contrato con un notable incremento en la munición de cara a su edición de 2019. Así, el contrato quedó formalizado el pasado 12 de abril después de resolverse el concurso público municipal.

Serán 250.000 clavellones más, con lo que alcanzaremos el millón y medio», aseguró el concejal de cultura festiva, Pere Fuset. «Había 900.000 en los años anteriores y con este aumento también se cubre la demanda después de haber ampliado el aforo del recorrido. Además, el contrato se ha resuelto antes que nunca».

De hecho, las flores (amarillas y naranjas) ya han sido sembradas y ahora disponen de tres meses para germinar, crecer y, en vísperas del acontecimiento, ser cortadas. La siembra se hace en diferentes zonas de la comarca para repartir riesgos en caso de tormentas u otras inclemencias.

Los clavellones se reparten en cajas y van incluidos en el precio de los palcos. El aumento garantizaría, al menos en teoría, que hubiese suficiente cantidad como para cubrir completamente un acto que, al alargar su recorrido en la Alameda, también tiene más duración. Otra parte también se dispone para el público general. «La cifra podría ser mayor en función de los excedentes de producción del proveedor». Como es habitual desde hace décadas, el horticultor será Miguel Galán. La contrata municipal es de 59.854 euros, IVA incluido, tres mil más que el pasado año.

Al festejo le queda por desvelar cómo será el proceso de venta de entradas aunque, tras el caos electrónico de los años anteriores, la idea era realizar la venta por sorteo entre peticiones, tal como se ha hecho con la visita al balcón municipal de Fallas o como se hace en los grandes eventos deportivos, evitando el malestar de quienes se quedan sin localidad.