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Cultivos

El tripartito ficha a una empresa vasca para captar interesados en el banco de tierras

La Concejalía de Agricultura encarga a la entidad contratada un mapa de los campos abandonados - El ayuntamiento mediará entre arrendatarios y arrendadores para dinamizar la agricultura de la ciudad

El tripartito ficha a una empresa vasca para captar interesados en el banco de tierras

El banco de tierras de València, un registro municipal gratuito donde pueden inscribirse las parcelas susceptibles de ser cultivadas para arrendarlas, ya está operativo. El banco de tierras fue uno de los compromisos electorales de Compromís, socio del Govern de la Nau con PSPV y València en Comú, y su objetivo es recuperar la huerta y hacerla rentable. Para incentivar las inscripciones el ayuntamiento ha fichado a una fundación vasca (Mundubat) que se encargará de hacer un mapa de los suelos abandonados para volver a ponerlos en circulación y de mediar entre arrendadores y arrendatarios. La concejala de Agricultura, Consol Castillo, presentó ayer el banco de tierras, que será gestionado por el Consell Agrari Municipal, y al que se puede acceder a través de la web de este organismo, que estará conectada a su vez con el banco de tierras de la Diputación que funciona desde hace tiempo.

El ayuntamiento quiere dinamizar las parcelas agrícolas que durante el «boom» inmobiliario se vendieron con fines especulativos y al final quedaron abandonadas y para ello negociará con la Sareb, el denominado banco malo, para que arriende a jóvenes agricultores o colectivos especiales las parcelas susceptibles de ser cultivadas. El ayuntamiento negociará en la misma línea con promotores, inmobiliarias y con propietarios particulares para que los suelos que tienen apalancados puedan a cultivarse al menos hasta que se urbanicen. El modelo a seguir en este sentido es el de los huertos urbanos de Benimaclet, cuyo suelo es propiedad del BBVA, que lo ha cedido temporalmente a los vecinos. A diferencia de los huertos urbanos, el banco de tierras está dirigido a agricultores profesionales y sus cosechas podrán comercializarse.

El pasado lunes entró en vigor la ordenanza municipal que regula el banco de tierras y cuyo objetivo es dinamizar evitar que se pierda la valiosa huerta valenciana.

Para incentivar los arrendamientos, el ayuntamiento ha firmado un convenio con el Colegio de Ingenieros Agrónomos para prestar asesoramiento jurídico y técnico de los propietarios y arrendatarios y mediación entre la propiedad y las potenciales personas arrendatarias en caso de conflictos.

La finalidad, explicó Castillo, es hacer visibles los terrenos que están disponibles en la ciudad y podrían ser aptos para el aprovechamiento agrícola, con la finalidad de optimizar el espacio agrícola, revalorar los terrenos e incrementar la calidad de la huerta».

Uno de los problemas es que el ayuntamiento no sabe cuántas parcelas podrían incorporarse al banco, como tampoco tiene un censo actualizado de agricultores. El ayuntamiento tiene tres parcelas de suelo no urbanizable (en Poble Nou, en la Font d´En Cors y la Torre) pero no pueden inscribirse en el banco al no estar disponibles.

Las bondades del banco de tierras, explicó Consol, es que los propietarios «podrán obtener nuevos ingresos, evitar costes de mantenimiento y mantener la capacidad agronómica y productiva de sus tierras gracias a su arrendamiento». Además, «a pesar de que las relaciones son entre particulares, el hecho que esté el Ayuntamiento detrás da seguridad tanto a la propiedad como a las personas interesadas en cultivar esas tierras».

El banco de tierra también pretende dar solución a la problemática ambiental que se deriva del abandono de terrenos, como por ejemplo el incremento del riesgo de incendio, la proliferación de plagas y de roedores, la erosión del suelo, la proliferación de vertidos incontrolados de desechos, la degradación paisajística.

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