El nuevo convenio laboral de la Fundación Deportiva Municipal impulsado por la concejala de Deportes, la socialista Maite Girau, y aprobado por el pleno el pasado jueves da los primeros pasos hacia la reconversión en funcionarios de la plantilla de este organismo autónomo. Se trata de una reivindicación histórica de los 260 trabajadores de este organismo, que gestiona más de un centenar de polideportivos y piscinas municipales, a la que hasta ahora se habían negado los anteriores responsables políticos. El nuevo convenio recoge la creación de una comisión de trabajo de «funcionarización» de la plantilla que impulsará el proceso de asimilación del personal de la Fundación Deportiva al del resto de trabajadores del ayuntamiento. Establece que si la fundación se extingue o privatiza, el personal «pasará a depender del ayuntamiento». El convenio, apoyado por los sindicatos mayoritarios (UGT y la IntersindicalValenciana) pero del que se han desmarcado los sindicatos minoritarios, entre ellos CCOO, supone algunas renuncias para los trabajadores. La principal es el tijeretazo a la antigüedad a precio de oro que se paga en la fundación y calculada según un porcentaje (de hasta el 50%) sobre el sueldo base . Una fórmula «sui generis» que en algunos casos, suponía hasta 20.000 euros de ingresos más al año por antigüedad. El resultado es que los sueldos de la plantilla de la fundación son, en muchos casos más elevados, que los de los trabajadores de la misma categoría del ayuntamiento. Algo que, según han advertido los informes del secretario del ayuntamiento, contraviene la ley de Presupuestos. El primero que tuvo que revisar a la baja su sueldo fue el actual gerente, José Vicente Berlanga, cuyos honorarios se situaba, aplicando la fórmula de la antigüedad de la fundación, los años trabajados en distintas administraciones en 82.000 euros, casi lo mismo que cobra el alcalde, Joan Ribó. Berlanga se rebajó finalmente el sueldo a 65.000 euros. También lo han hecho los directivos del resto de fundaciones y organismos municipales para no cobrar más que los concejales del gobierno local. En línea con la nueva política del Govern de la Nau de acabar con los reinos de taifas que han sido en muchos aspectos las fundaciones, el nuevo convenio de la Fundación Deportiva Municipal establece que sus trabajadores cobrarán los trienios de antigüedad como al resto de funcionarios y conforme a lo que marque la ley de presupuestos. En contrapartida, el convenio incorpora la aplicación de la carrera profesional, lo que supondrá otro tipo de pluses para completar el sueldo.

El nuevo convenio también recorta las vacaciones, fija 22 días, y obliga a abrir las instalaciones deportivas en agosto, algo que empezó a aplicarse el verano pasado. «No podía ser que llegara agosto y los polideportivos se cerrasen, porque al ciudadano hay que darle un servicio», apunta Girau.

Los trabajadores de la fundación deportiva pasan de tener 15 pagas extra a tener catorce, aunque la que pierden realmente se prorratea entre las de diciembre y junio. Girau explica que el nuevo convenio soluciona cuestiones que era necesario resolver para renovar la plantilla en un momento en que los gastos de personal suponen el 80% del presupuestos de la fundación. El nuevo convenio, que ha tardado dos años en negociarse, «no supone recortes salariales», insiste Girau, quien apunta que la incorporación de la carrera profesional a la fundación compensará los sueldos de los nuevos empleados, mientras que a los que ya lo son se les mantienen sus derechos y la antigüedad.