Cuando hace un año una de las puertas de bronce de la Basílica de la Virgen de los Desamparados cedió y se descolgó sobre los fieles que accedían para trasladar a la Mare de Déu a la Catedral, se sentó un precedente en la seguridad de esta celebración.

Una mujer de 80 años fue herida, pero pudo ser mucho peor. Con tal de evitar ese escenario, la Basílica anunció ayer que la Policía Local tomará parte activa en la organización de los accesos al templo y en el control de la apertura de las puertas.

Así, tras la Misa de Infantes de las 8 de la mañana, la entrada habitualmente abrupta de los devotos estará supervisada por los «eixidors», el grupo de voluntarios que custodian a la virgen y protegen a los devotos, los Seguidores de la Virgen de los Desamparados y por la Policía Local, que velarán porque la apertura de las cuatro puertas de la Basílica se abran con precaución y no golpeen las paredes. El impacto fue el motivo que provocó la caída de una de ellas al descolgarse las bisagras.

Así, coordinarán el acceso desde el interior y el exterior y evitarán las avalanchas y las corredurías. Durante el traslado a la catedral, que dará comienzo a las 10:30 horas, la Basílica pidió a los fieles que no se suban al escenario de la plaza y que no arrojen objetos al paso de la imagen. El año pasado se calcularon 20.000 asistentes en la plaza, donde este año se instalará también un hospital de campaña de la Cruz Roja.

Así se acordó en una reunión entre representantes de la Basílica y del Ayuntamiento de València la semana pasada. Como aseguró ayer el rector de la Basílica, Jaime Sancho, «hubo muy buena disposición» por parte de la concejalía de Protección Ciudadana para que la Policía Local ayudara a los organizadores y evitar «entradas multitudinarias que provoquen atropellos». Para Sancho, dentro del templo debe primar «la serenidad y la tranquilidad».

Para ello, las puertas se abrirán antes de lo habitual, a las 3:30 horas de la madrugada del domingo, y se habilitará un pasillo vallado por las puertas de la calle de la Leña, que recae sobre la plaza de la Almoina, así como en la entrada del pasaje de Emilio Aparicio Olmos, junto a la Catedral, para que haya un acceso «escalonado y controlado» al templo.

Además, Sancho indicó que el adelanto quiere facilitar «un momento para la devoción» antes de que comience la «misa de Descoberta» a las 5 de la mañana.

El siguiente culto será a las 6, tras la cual se cerrarán las puertas de la Basílica para que los fieles se dispongan en la plaza de la Virgen hasta después de la Misa de Infantes, a las 8 de la mañana y presidida por el cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares.

La procesión de las 18:30 horas también contará con una novedad porque la Virgen volverá a la basílica entrando por la puerta de la plaza de la Virgen para que los que los fieles vean el acceso desde la explanada.