La Policía Local de València ha iniciado esta semana el proceso de selección de veinte nuevos agentes entre un total de 1.280 aspirantes, a los que se sumarán los 10 restantes de la promoción elegidos paralelamente entre otros 310 aspirantes por el sistema de movilidad, es decir, son policías de otros pueblos que quieren venirse a València. Para los primeros se han recuperado momentos como la medición de los candidatos, una imagen que parece de otra época sobre todo porque en València no se convocaban unas oposiciones así desde hace diez años. Y precisamente por eso, por los avances en la educación de los jóvenes y por el durísimo proceso de selección y formación que tienen por delante, los elegidos serán los policías más preparados de la historia.

Desde luego, el jefe de la Policía Local de València, José Serrano, no tiene duda de que será así. De entrada, todos ellos tienen que tener la titulación de bachillerato, superar ocho pruebas, siete de las cuales son excluyentes, hacer un curso de formación de 700 horas en el Ivaspe y completar dos meses de prácticas antes de incorporarse al cuerpo como funcionarios de pleno derecho, algo que Serrano espera que se produzca antes de final de año. «Cada promoción ha sido siempre mejor que la anterior y ahora más. Esto no tiene nada que ver con los años 80 y 90. Estoy seguro de que habrá un nivelado», aseguró.

Estos días, se está procediendo a tallar los aspirantes. Cada día se cita a 250, aunque es verdad que vienen faltando, es decir, renuncian, alrededor de 50 o 60, dice Serrano. Deben medir más de 165 centímetros los hombres y 160 las mujeres, que representan el 17%.

Superada esta situación, que es lo normal, se hace un examen tipo test de los 43 temas del programa (75 preguntas); luego un psicotécnico que incluye inteligencia y personalidad; y las pruebas físicas. Como esta vez no hay límite de edad, hay exigencias diferentes según los grupos de edad y también para las mujeres. Básicamente, cambian las marcas mínimas en el kilómetro, los 60 metros, los saltos o la cuerda.

El valenciano no es excluyente

Si se pasa ese corte, los que queden tendrán que pasar un examen de valenciano, aunque esta es la única prueba no excluyente, es decir, si no se supera no pasa nada, aunque sí se acumulará en su puntuación general el resultado de la misma.

En sexto lugar los aspirantes tendrán que examinarse de nuevo de los 43 temas, esta vez desarrollando por escrito dos de los 4 que se elijan al azar y con una exigente presentación oral ante el tribunal.

Finalmente, habrá un último examen sobre cinco temas relacionados con la ciudad (callejero, monumentos, infraestructuras, etc.). De aquí saldrán ya los 20 elegidos, que solo tendrán que superar el rutinario examen médico.

El proceso se completa con un curso de 700 horas (cuatro meses) en el Ivaspe y dos meses de prácticas.

Para las 10 plazas de agentes de movilidad, se harán algunas de estas pruebas, pero sobre todo habrá un concurso de méritos.

Serrano espera que todos los agentes estén funcionando antes de final de año, aunque, dado que entre prueba y prueba hay cinco días para recurrir, hay cierto temor a que el proceso se alargue. También por las entrevistas personales que acompañan a los test y las exposiciones orales.