Ayer fue el día grande de la «ofrenda» a la Verge en forma de «dansaes». A mitad tarde, los bailadores de los pueblos llenaron la plaza a ritmo de dolçaina y tabalet, formando un solo «rogle», es decir, un círculo de bailadores alrededor de la plaza. Con una duración más larga de lo habitual (tocaron 21 pasadas y no 12 como se hacía antes), el fandango puso punto y final al baile de las 101 parejas participantes. Fueron algunas más, ya que algunos bailadores se quejaron de que ciertas agrupaciones terminaron por llevar más bailadores de los que habían inscrito. Los municipios valencianos dieron una lección de baile tradicional con personas de doce grupos venidos desde Torrent, Paiporta, Utiel o Montcada, entre muchos otros.

La Basílica acogió, inmediatamente después, la Salve solemne a la Virgen de los Desamparados, interpretada por la Escolanía de la Virgen junto a más de 150 antiguos escolanes. La presidió el arzobispo Antonio Cañizares.

Por la noche, el final del castillo de fuegos artificiales a cargo de Pirotecnia Zarzoso, fue el punto de partida para las «dansaes» de los grupos de València. Sobrepasada la media noche, otro «rogle», formado por cientos de bailadores, puso color a una plaza a rebosar de gente que terminó por todo lo alto cuando el «fandanguet» enfrentó artísticamente a músicos y bailarines.

La noche es solo el principio

Durante la noche, miles de devotos peregrinaron desde diferentes localidades hacia la Basílica para participar en los actos que han arrancado a las 5 de la madrugada con la misa «de Descoberta».

Así, desde la localidad de Benifaió salieron cerca de 300 personas que recorrieron los 24 kilómetros que la separan de València, mientras que de Paterna salieron 3.000 fieles de Benimàmet, Bétera y Burjassot para participar a las 6 de la mañana en la segunda misa.