Bajo la bandera de una València que priorice los derechos de sus vecinos, representantes de ochenta colectivos se concentraron ayer en el viejo cauce del Túria para reivindicar una València sostenible e inclusiva ante la grave amenaza de la turisficación. Una ciudad donde se ponga en el centro a sus habitantes ante el incontrolado aumento de los apartamentos turísticos y todo lo que este fenómeno emergente lleva consigo: las molestias vecinales y, lo que es aún peor, el encarecimiento de las rentas de los pisos y la sustitución de los negocios familiares de toda la vida por franquicias.

«València está sufriendo una gentrificación evidente, un proceso que se produce en los barrios por el que se acaba expulsando a la gente que vive allí toda la vida, al encarecerse las rentas de los pisos», explica Octavi Ruiz, coordinador de Entre Barris, el colectivo más activo contra la transformación de la ciudad por la masiva llegada de turistas. Russafa, Ciutat Vella y, ahora, el Cabanyal, son los barrios más afectados.

No son pocos los vecinos que han tenido que abandonar el barrio por el encarecimiento de los alquileres. Los propietarios prefieren hacer negocio con el turismo y los fondos inversores están comprando fincas enteras para dicho fin. Consecuencias: gente con rentas más altas desplazan a los vecinos de toda la vida.

El plazo de dos meses dado por el Ayuntamiento de València a los propietarios de nuevos pisos turísticos para que regularicen su situación ha sido bien acogido, pero no es suficiente. Entre Barris reclama una actuación municipal más agresiva. «Hace tiempo que le pedimos al ayuntamiento que intervenga. Creemos que el camino que se ha de seguir es el de Palma de Mallorca, donde se han prohibido los apartamentos turísticos en zonas residenciales. Se han de prohibir en las zonas de la ciudad que ya están turísticamente saturadas», añade Ruiz.

Como publicó ayer este periódico, los propietarios de viviendas turísticas en València han empezado a recibir notificaciones para que se den de alta en el registro de alojamientos turísticos de la Agencia de Turismo, por lo que esta actividad sólo será legal si obtienen el cambio de licencia residencial a terciario hotelero. El primer requisito no es otro que la vivienda sea una planta baja o un primer piso. «Es lo que dice el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Pero en València sabemos que esto no está pasando y si miramos el mapa de viviendas con este uso, deberían ser ilegales una gran mayoría», explican desde Entre Barris.

¿Cuáles son soluciones? «Pedimos que se haga una revisión del PGOU y que no se den más licencias ni para apartamentos ni para hoteles. Y reivindicamos que lo hagan el ayuntamiento y la Generalitat Valenciana de forma coordinada», añade Ruiz.

El 70 % son ilegales

Según los cálculos municipales, el 70 por ciento de los pisos turísticos de València infringe la actual normativa del PGOU, cuyo cumplimiento se comprobará a partir de ahora antes de expedir el informe municipal. La cuestión que está en el aire es si se actuará sobre todos aquellos que ya están en funcionamiento.