La Diputació de València reabrió ayer al tráfico la travesía de Massarrojos, en la que durante las últimas semanas se han estado llevando a cabo unas obras de ampliación de aceras, una actuación que, tal y como destacó el diputado de Carreteras, Pablo Seguí, «ha servido para mejorar la accesibilidad, la movilidad y la seguridad de los vecinos y vecinas mientras seguimos trabajando en la solución definitiva que permitirá sacar del casco urbano de Massarrojos los 9.000 vehículos que circulan diariamente por la CV-308».

La ampliación de aceras en la travesía de Massarrojos ha sido posible gracias a la creación de un tramo de circulación regulada por semáforos y restringida a un solo carril con el objetivo de calmar el tráfico en el interior de la localidad. De esta forma, la Diputació de València ha dado respuesta a una reivindicación vecinal que ya acumulaba 20 años de protestas.

Los semáforos instalados por la institución que preside Jorge Rodríguez, ya en funcionamiento, alternarán el paso de los vehículos en uno y otro sentido, en la zona central de la travesía, como ya ocurre en el tramo ubicado en la salida hacia Rocafort. Tal como explicó Seguí, «la estrechez de la zona ahora regulada dificultaba no solo el paso de los peatones, sino también el acceso a las viviendas en las debidas condiciones de seguridad, sobre todo para personas con movilidad reducida, y por este motivo urgía buscar una solución que permitiera reducir el espacio dedicado a los coches y ampliar el destinado a las personas».

A la espera de la circunvalación

El diputado recordó que esta es solo la primera fase de un proyecto más ambicioso que generaría un itinerario alternativo a través del Camí de Camarena, con lo que se conseguiría que los vehículos dejaran de atravesar el casco urbano de Massarrojos al contar con una conexión más directa con la CV-310. En palabras de Seguí, «la reordenación del tráfico permite solucionar los problemas de seguridad que provoca la existencia de la travesía», pero «la creación de un itinerario alternativo que discurra por el Camí de Camarena permitiría sacar del casco urbano los 9.000 vehículos que, procedentes de Moncada y Godella, cruzan diariamente la pedanía en ambos sentidos».

La actuación cuenta con el respaldo de los ayuntamientos por los que discurre la CV-308 y en especial de València y Moncada, que deberán adquirir los terrenos para poder ampliar la plataforma del camino en aquellos puntos en los que sea necesario a fin de generar una vía segura, con doble sentido de circulación y un total de cuatro glorietas. La Diputació ha iniciado ya la redacción del proyecto de acondicionamiento, cuyo coste se calcula que podría oscilar entre 1 y 2 millones de euros.