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Nueva alternativa de ocio

Cinco rutas verdes vitales

La ciudad cuenta con un importante patrimonio arbóreo, plagado de ejemplares monumentales, que se pretende dignificar

Cinco rutas verdes vitales

Estamos acostumbrados a caminar siguiendo los pasos de la rica historia de la ciudad, descubriendo las joyas de nuestra cultura o las huellas que dejaron conflictos bélicos. En cambio, pocas veces le prestamos atención al patrimonio verde de la ciudad, más allá de disfrutar de los parques y de los beneficios que supone para nuestra salud darse una vuelta por el kilométrico Jardí del Túria, el de Viveros o el coqueto vergel de Monforte. Pero el Ayuntamiento de València quiere poner en valor la riqueza arbórea del «cap i casal» desde una perspectiva más completa, conociendo el relato de algunos de los 508 ejemplares más destacados, aquellos catalogados como árboles monumentales o singulares.

De los 508 ejemplares de árboles singulares y monumentales, 338 gozan de protección genérica y 169 son árboles singulares de interés local. Muchos de ellos son los protagonistas de las cinco guías editadas por el Ayuntamiento de València, que en palabras del alcalde Joan Ribó, «singularizan nuestra ciudad a partir de una parte muy importante de su patrimonio vegetal, de unos árboles a los que el tiempo ha otorgado la monumentalidad necesaria para mejorar el paisaje urbano, hacerlo más bello, acogedor y sostenible».

«Testigos de la Historia», «La vuelta al mundo», «Un viaje por el Mediterráneo», «Más allá de los mares» y «Un paseo por la Alameda» son los nombres que tienen estos recorridos por València a través de sus árboles monumentales y tomando como referencia espacios como el anillo arbóreo que coincide con el anillo ciclista, los jardines de Viveros, el parque de la Rambleta, la Alameda o los jardines de Ayora.

Se trata de una propuesta en cinco rutas urbanas diferentes e igualmente atractivas que ponen en valor un patrimonio «que merece la pena conocer», destaca Ribó, que añade que es un trabajo documentado que toma forma en esta propuesta «refleja el espíritu de personas que apostaron por conservar y proteger la presencia entre nosotros de algunos de los seres vivos más longevos del planeta, y es expresión de gratitud hacia quienes nos legaron este extraordinario patrimonio público».

Cada una de estas rutas es fruto de la colaboración entre las Concejalías de Parques y Jardines y Energías Renovables y Cambio Climático y ha sido documentada con la participación del Observatori Municipal de l'Arbre, en la correspondiente guía que invita y ayuda descubrir València de una nueva manera: a través de sus mejores ejemplares arbóreos, algunos con más de 400 años de vida, otros llegados de lugares exóticos.

¿Y por qué estas rutas? Ribó explica que uno de los objetivos del Govern de la Nau «era llenar de contenido lo que tenemos, de muchas cosas que hay en la ciudad pero no que no usamos ni disfrutamos lo suficiente». «Tenemos muchos parques, muchos árboles, pero a veces no los conocemos ni los utilizamos, y lo que planteamos es eso: dar a conocer nuestra ciudad, plantear actividades culturales y medioambientales a partir de unos árboles monumentales y singulares que tal vez no conocemos ni valoramos lo suficientes. Tenemos una gran cantidad de árboles de gran valor y a mucha gente que va a disfrutar descubriéndolos con estas cinco rutas, y de ahí el gran interés de esta iniciativa», señala el alcalde.

Así son las rutas

La idea de la iniciativa con estas cinco rutas es también crear una alternativa de ocio y cultura para los vecinos de la ciudad y para llegados de otros lugares. Cada una de las guías viene con completa información del itinerario que hay que seguir y los puntos donde debemos prestar especial atención. Por ejemplo, en «Testigos de la Historia», centrada en Ciutat Vella, encontramos la Morera de Velluters, esencial para conocer el pasado sedero del barrio, el conjunto de palmeras monumentales del Palacio del Temple o la encina del Parterre, con más de 200 años en sus raíces.

En la «Vuelta al Mundo», que se centra en los Jardines de Viveros, encontramos varios ejemplares tipificados como «titanes», es decir, árboles que destacan por ser los más viejos, gordos, altos o raros. En las cinco rutas están especificados. En el caso de los Jardines del Real, el más viejo es un olivo de 300 años, el más grueso es una higuera australiana con un tronco de 7,4 metros, el más alto es una palmera datilera de 24 metros y el más extraño es un árbol denominado «caracol», que crece en las selvas de China y Japón.

La Ruta 3 discurre alrededor del Jardín de la Rambleta y el Molí de Tell. Allí encontramos el árbol más longevo de la ciudad, una olivera de 400 años, otra olivera con un tronco de 4 metros de espesor, un eucaliptus que se levanta 32 metros desde el suelo y el más raro de todos, una sabina mora en el cementerio, que en nuestro país solo se encuentra de forma natural en Cartagena. Su madera la usaban los egipcios para embalsamar a los faraones.

La cuarta ruta propuesta, «Más allá de los mares. Los indianos», se centra en aquellos ejemplares que vinieron del otro lado del Atlántico, descubiertos por conquistadores y aventureros que trajeron algunos de los ejemplares más exóticos. Tiene como edificio dinamizador del recorrido el restaurado Palacete de Ayora. Entre sus ejemplares destaca una palmera canaria con más de 100 años, una higuera australiana con 15,4 metros de grueso tronco o un eucaliptus que domina el jardín con sus 35,2 metros de altura.

La ruta número 5 es la que recorre el Jardín de Monforte, la Alameda y parte de la avenida Blasco Ibáñez. El recorrido cuenta con varios ejemplares de los considerados extraños, como un naranjo de Luisiana (muy apreciados por la tribu india Osage para construir sus arcos), un cafetero de Kentucky, que debe su nombre a que utilizaba como sucedáneo del café cuando escaseaba el grano negro.

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