La sustitutción de las bombillas de vapor de sodio que utilizan las farolas monumentales de forja que iluminan avenidas principales como Blasco Ibáñez, las grandes vías y el entorno de Viveros y el San Pío V, por placas de Led ponfrá fin en breve al apagado selectivo, una medida de ahorro impulsada por el Ayuntamiento de València para evitar el derroche en tiempos de crisis. El apagado selectivo (dejar encendidas la mitad de las luminarias) era una medida provisional entretantose conseguía la financiación para poner las nuevas bombillas LED, más eficientes y de bajo consumo. La renovación de las luminarias de València arrancó gracias a la financiación del plan de intervención en el alumbrado público (IDAE) y del Fondo Nacional de Eficiencia Energética. Con el primer plan se han renovado 31.274 luminarias y se han ahorrado 1,9 millones de euros en la factura de la luz. Con el segundo, que ayer presentaron el alcalde, Joan Ribó, y el concejal de Gobierno Interior, Sergi Campillo, y que supondrá una inversión de cuatro millones a través de un crédito con un 0% de intereses se renovarán otras 8.000 farolas de tipo Fernando VII y València y se espera un ahorro de un millón de euros. El Govern de la Nau confía en acabar la legislatura con el 50% de las luminarias renovadas. «Cuando llegamos la mayoría de bombillas eran de vapor de sodio». El anterior gobierno y su concejal de Alumbrado pusieron led en algunos barrios como el Carmen y Russafa, pero «en general no había nada y lo que había está igualmente para cambiar», apuntan fuentes de la concejalía de Gobierno Interior.

Las farolas fernandinas y modelo València, que también pueden verse en calles comerciales como Colón, utilizan luminarias tipo globo o similar, que proyectan luz al cielo y son muy contaminantes. Son farolas monumentales y caras, decoradas con el escudo de la ciudad, por lo que no se eliminarán, solo se adaptarán. Su implantanción generalizada en València ha colocado a la capital del Turia en los primeros puestos en contaminación lumínica y derroche energético, una etiqueta que el Govern de la Nau se quiere quitar.

El Ayuntamiento de València, que ya ha eliminado todas las obsoletas farolas de globo de la ciudad tiene previsto ahora intervenir en 8.098 farolas fernandinas y modelo València, que se mantendrán pero incorporando placas metálicas a la bombilla para que la luz se proyecte al suelo y no al cielo. De estas se van a eliminar 312 de brazo, que el ayuntamiento considera «innecesarias» y molestas para los vecinos de los pisos más bajos. Las calles, destacó Campillo, no quedarán a oscuras porque solo se eliminarán donde haya luz sustitutiva.

En esta segunda intervención se actuará en 6.156 farolas del modelo València (de doble brazo), de las que se eliminarán 312 de fachada y en las 5.844 restantes se pondrán placas de led dentro de la bola. Un sistema que también se implantará en 1.942 farolas del modelo Ferran VII. Ribó destacó que desde 2014 se ha rebajado un 23 % el consumo de electricidad, ahorrando 4,6 millones.

El ayuntamiento también tiene pendiente la retirada de miles las farolas de carretera con bombillas de vapor de sodio que aún funcionan en algunos barrios. Su intención es poner otras farolas, pero de momento se cambiarán solo las luminarias.