Ir al procedimiento de expropiación del edificio de la plaza Tavernes de la Valldigna puede suponer un retraso en cadena de todos los proyectos que depende de este movimiento. En el edificio del ya desaparecido Centro Excursionista, al que se uniría un edificio anexo levantado en el solar municipal colindante, se instalaría la biblioteca central y la biblioteca Carles Ros, que ahora está en la Casa Vestuario (plaza de la Virgen) y que dejaría su espacio para la nueva sede del Tribunal de las Aguas.

Eso significa que de este proyecto está pendiente la remodelación de la actual biblioteca central de la plaza de Maguncia, que podría quedarse con la hemeroteca y la biblioteca de distrito. También la biblioteca Carles Ros, que ganaría espacio en el Centro Excursionista; y el Tribunal de las Aguas, cuya sede es una asignatura pendiente de los sucesivos gobiernos municipales y que éste está dispuesto a resolver.

Su emplazamiento en alguno de los edificios emblemáticos antes enumerados, municipales o no, sería, por contra, una solución para alguno de estos edificios, sobre todo para San Vicente de la Roqueta, para el que se propone la Academia Valenciana de la Lengua pero que cuenta con la oposición de las asociaciones vicentinas; o la Delegación de Hacienda, un edificio céntrico y amplio que ha entrado en una dinámica de abandono preocupante.