Vender un edificio público no es mala idea si se recupera una importante suma de dinero para las arcas del Estado, y un hotel de grandes dimensiones con capacidad para congresos y convenciones hace falta en el centro de la ciudad. Esa es la opinión de Ximo Sola, presidente de la Unión Hotelera de València, favorable a la operación que propone el Ministerio de Hacienda para su antigua sede de la calle Guillem de Castro.

A Ximo Sola ese cambio de usos le parece bien. «Si se vende en unas condiciones favorables para la hacienda pública, está bien», dice. Lo que no quiere el máximo representante de los hoteleros de València es que se «regale» suelo público para hacer un hotel, aunque sea en concesión, como se plantea, por ejemplo, en la Marina de València. «Eso también lo quiero yo», dice irónicamente.

Por lo demás, Sola cree que «hace falta un hotel importante en el centro, pues en la actualidad sólo está el Astoria, que por cierto cerrará pronto sus puertas para una renovación integral. Hace falta como estructura de alojamiento, pero sobre todo como espacio capaz de alojar grandes convenciones en el centro de la ciudad, ya que en la actualidad todas las infraestructuras de congresos están en Cortes Valencianas», añadió.

Sin problemas de ocupación

Si nos atenemos a la ocupación hotelera, todavía no hay una necesidad de más plazas en la ciudad, pero el perfil de gran hotel con capacidad para grandes convenciones no lo tenemos», reiteró Ximo Sola.

Una de las cuestiones que se plantean sobre la sede de la Delegación de Hacienda es si está afectada por la suspensión de licencias hoteleras en el distrito de Ciutat Vella hasta que se labore el plan especial que debe regir en la zona. El propósito del ayuntamiento es evaluar la situación y la saturación hotelera del barrio para luego establecer una regulación más o menos restrictiva. Y cuando esté esa regulación, levantar la suspensión provisional que rige ahora.