La secretaria de la falla era ella misma. Y llevaba los sobres con las falleras mayores de 2018. Sin abrir. Dentro había un nombre. El suyo. Ponía Ana Ebri Monzó. Ella misma, mismamente. «Llegué al casal con la ilusión y los nervios de otros años, porque hacía ya tiempo que llevaba pidiéndolo. Mis padres me propusieron porque consideraron que era el momento: tenía independencia, trabajo, estudios terminados, coche, pareja? y es verdad: yo llevaba los sobres para entregarlos y que se leyeran. Vale, veía opciones porque en una falla nos conocemos todos, pero hasta que no se abrió no quería tenerlo claro». Y le permitió ser, además, la fallera mayor del 40 aniversario de una de las cinco comisiones de la calle que comparte con la de Cuba la condición de vía «más fallera de la ciudad», con cinco a su largo. Cirilo Amorós, claro. A la que llegó por ejercicio de lógica. «Mis padres decidieron desde pequeñita que fuera de esta falla. Unos abuelos vivían en la Gran Vía y otros en Cirilo Amorós. Mis padres tenían amigos entre los fundadores a los que conocían del colegio del Pilar? era todo lógico, Aunque viva al otro lado del río, en la calle Antonio Suárez. En el colegio iba a Maristas, que está cerca y estoy a cinco minutos andando».

Es otra de las muchas preseleccionadas que no fue fallera mayor infantil. «Mi madre tenía a su padre malito y cuando vinimos a darnos cuenta ya era demasiado mayor». Precisamente, lo único que echa de menos es no poder haber vivido el reinado con sus abuelos. «Hemos dado el máximo por ellos».

Habla con entusiasmo de su trabajo. «Ingeniera de la Edificación, lo que antes era aparejador, arquitectura técnica. Trabajo en una empresa de interiorismo. Llevo ya seis años. Empecé con las prácticas y ya me quedé. Trabajar es muy gratificante y sacar los proyectos, más. Soy la que hago los planos que luego se van a ejecutar, bien sea una reforma de una vivienda, un hotel, un espacio polivalente. Hay que controlar la gestión de la obra, coordinar los trabajos, inspeccionar los trabajos y que todo que los trabajos son acordes a lo que se prevé. La verdad es que he hecho cosas muy bonitas».

Curiosidad familiar. Es la menor de tres hermanos, pero se lleva muchos, muchos años con ambos. «Casi se puede decir que he tenido cuatro padres: los de verdad y mis hermanos, que cuando yo nací ya tenían edad para ayudar en mi educación. Fui tía con quince años? en casa siempre ha habido alguien pequeño. Primero yo, luego mis sobrinos. Casi sin quererlo somos una familia muy grande». Ahora falta ella, pero más adelante. «Sin duda. De pequeña me preguntaban que quería ser de mayor y decía que mamá». Y una curiosidad. «Mi padre es el prior de la Lonja. Es agente comercial y la persona física que la representa. Antes ya lo fue mi abuelo».