Las casi 40 comisiones que se plantan en Ciutat Vella han presentado una propuesta a los presupuestos participativos DedicimVLC con la que pretenden acabar con una de las marcas tradicionales que genera la fiesta: el deterioro del pavimento a causa de la «cremà» de las fallas en aquellos puntos donde se plantan.

La propuesta pide sustituir el pavimento actual de cada una de sus zonas de quema por pavimento ignífugo «para paliar los posibles desperfectos que se pueden originar».

«Plantar falla es un enorme compromiso en el centro de la ciudad y esa exigencia obliga a hacer una apuesta clara por el cuidado de nuestro entorno, siempre en aras a dignificar nuestro barrio y el centro de nuestra ciudad, foco principal de todos aquellos que nos visitan en las fiestas falleras» asegura el escrito, que comparten los sectores de la JCF que reúnen a estas comisiones: Seu-Xerea-Mercat, Pilar-Sant Francesc y Carmen.

El deterioro del asfalto es una cicatriz forzosa que deja la fiesta. Aunque se emplee arena en las bases de la misma para afianzarlas o se extienda en el asfalto, es tan alta la cantidad de grados que alcanza la combustión de una falla, que las marcas en el pavimento son inevitables porque aquí sí que se puede aplicar el concepto «derretir el asfalto». Este proceso, al cabo de varios años, deja marcas muy visibles en función del tipo de superficie y que sólo se palían cuando llegan las campañas de reasfaltado de las calles. Con la particularidad, en el caso de Ciutat Vella, de que se concentra mucha más variedad de suelos que en ningún otro espacio de la ciudad.