H. G., Valencia

Los expertos han localizado y extraído de los orificios de los muros medio centenar de fragmentos proyectil, «en su mayoría restos de balas de plomo y de granadas de artillería de hierro», según explicó ayer durante una visita de la alcaldesa Rita Barberá al monumento, el coronel Ángel Adán, uno de los integrantes del equipo multidisciplinar dirigido por el arquitecto Manuel Ramírez que trabaja en las torres.

El monumento ha sido testigo de varias contiendas bélicas, desde la Guerra de la Independencia en 1808 hasta la Guerra Civil, pasando por la de Sucesión y los conflictos cantonales. Los restos de proyectiles hallados en estas últimas semanas se están analizando en la Universidad Politécnica de Valencia, donde se recompondrán en la medida de los posible con el objeto de obtener más información sobre los asedios.

En los escasos tres meses que lleva en marcha la intervención, que costará 1,4 millones de euros y que financiará el Ayuntamiento de Valencia con cargo al crédito extraordinario de la Copa del América, también se han localizado restos de pan de oro en la bóveda central de la primera planta de las torres correspondientes a una policromía antigua,que todavía no ha sido datada.

Manuel Ramírez, que cuenta con la experiencia de la restauración de la Lonja de la Seda, mostró ayer a la alcaldesa los distintos dibujos de peces y barcos antiguos así como las inscripciones [todavía ilegibles] que han salido a la luz en la primera y segunda planta durante las pruebas de limpieza. Los restauradores creen que los autores fueron presos, puesto que las torres funcionaron en 1585 y en 1650 como presidio, en esta última época para mujeres.

La alcaldesa se mostró preocupada por la seguridad de los visitantes de las torres, que según anunció se convertirán en museo de sí mismas. La munícipe sugirió la colocación de barandillas o cristales de protección tanto en un antiguo tragaluz como en las almenas. La intervención estará acabada en la primera quincena de marzo de 2007.

Las cotorras se posarán pero no anidarán

El director de la restauración, Manuel Ramírez, habló ayer del futuro de la colonia de cotorras que viven en las Torres de Quart y aseguró que han optado por una solución que permita «que las aves se posen pero no que aniden».

Preguntada la alcaldesa por esta cuestión, que ha suscitado un enfrentamiento entre la concejal de Cultura, Mª José Alcón, y el edil de Sanidad, Ramón Isidro Sanchis, la munícipe derivó a Ramírez la cuestión. El restaurador de las torres comentó que se taponarán los orificios provocados por los cañonazos en los que anidan las cotorras, una especie protegida, para evitar que hagan dentro los nidos.

Ramírez quiso dejar claro, en presencia tanto de Alcón como de Sanchis, que «aquí estamos para restaurar un monumento que tiene más de 500 años». Ramírez destacó que el anidamiento de las 48 parejas de cotorras «es un problema».