Los valencianos y numerosos turistas extranjeros guardaron cola desde primera hora de la mañana para conocer este alternativa de ocio --un parque de 80.000 metros de superficie y miles animales de 250 especies-- que, aunque registró un pequeño "parón" a causa de la lluvia caída durante la mañana, consiguió grandes números que auguran un primer fin de semana de gran afluencia, según aseguraron hoy fuentes del zoo.

Además de los alrededor de 200 niños que acudieron a las instalaciones a través de las visitas escolares concertadas, el Bioparc congregó a visitantes de todo tipo y nacionalidad, que tenían una "gran curiosidad" por ser los primeros en contemplar el que aspira a convertirse en el mejor zoo del Continente, según aseguraron a Europa Press las mismas fuentes.

Antes de que el Bioparc abriera sus puertas se habían formado ya las primeras colas y el público continuó accediendo al parque hasta que la sorpresiva lluvia que cayó en torno al mediodía sobre la ciudad provocó un "ligero parón". No obstante, por la tarde, una vez el tiempo había mejorado, el público volvió al zoo e, incluso, algunos visitantes intentaron adquirir una entrada poco antes de la hora de cierre del espacio.

Desde la entidad resaltaron que, aproximadamente, la mitad de los visitantes que compraron una entrada optaron por el pase anual, con un precio de 40 euros frente a los 20 de la entrada de un día. Algunas de las personas que se arriesgaron a adquirir este abono para todo el año manifestaron a su salida que "no se arrepentían, porque piensan volver muchas veces más", explicaron.

Asimismo, subrayaron la "importante" presencia de visitantes internacionales, lo que demuestra que el Bioparc "es un atractivo turístico para Valencia desde el primer día", recalcaron sus responsables. El público foráneo agradeció especialmente que el restaurante del parque ofreciera en su primer día de puertas abiertas paella en el menú.

Los primeros espectadores del Bioparc se mostraron especialmente sorprendidos por la zoo-inmersión, es decir por el diseño del parque y por la aparente proximidad de los animales al hacerse invisibles las barreras y que permite que el visitante se sumerja en el hábitat de cada ejemplar.

En cuanto a las especies que más expectación despertaron entre el público destacan, además de los animales más conocidos y de gran tamaño, como las jirafas o los elefantes, otros más "singulares", sobre todo el oricteropo, una especie de cerdo hormiguero que comparte en espacio los facóqueros.

PELUCHES Y PARAGUAS

La tienda del Bioparc tuvo bastante trabajo en esta jornada inaugural y los productos más vendidos fueron los tradicionales animales de peluche que muchos de los visitantes se llevaron de recuerdo y, a causa de la climatología variable, paraguas y chubasqueros.

Los responsables del Bioparc calificaron la jornada de "muy positiva" por el "enorme interés" que se ha despertado entre los ciudadanos y los visitantes que confiaron que se confirme este fin de semana.