Voraz coleccionista de cómics, el propietario de esta vivienda €un joven publicista parisino€, expresó a los arquitectos que iban a reformar su casa el deseo de vivir en un ambiente fresco, que fuera al mismo tiempo sereno y chispeante. Charlotte Hubert, Jean-Jaques Hubert y Antoine Santiard, del estudio H20 arquitectos, se enfrentaban a un viejo piso que antaño fue vivienda para el servicio, con ventanas hacia uno de esos magníficos patios interiores que disfrutan algunos edificios burgueses del siglo XIX en el centro de París. Con seis habitaciones calzadas en 60 m2, el recibidor, de 5 m2, tenía ¡siete puertas!, exclaman los autores del proyecto.

Ante su excesiva compartimentación, geometría confusa y metros malgastados, H2O imaginó una nueva distribución en la que tiene un papel primordial el diseño del mueble estantería. De este modo, solucionaban el almacenamiento de cómics y otras pertenencias, a la vez que ofrecían a su habitante un amplio espacio continuo que se expande al recorrerlo con la mirada.

Una de las ideas principales de la reforma fue minimizar los elementos de mobiliario que suelen restar espacio a una habitación. Por ello se han integrado las máximas funciones posibles en las propias particiones de la vivienda y su perímetro, que varían de grosor según su empleo y orientación.

La adopción de un mismo sistema de estantería aplicado a todas las dependencias crea un original telón de fondo que da unidad a toda la casa, salva su fragmentación y la amplía visualmente. "Un estudio de cómo esculpir las depresiones €explican los arquitectos€ ha permitido crear una gran variedad, en tamaño y color, de cavidades y nichos para adaptarse a múltiples usos en diferentes lugares".

A la hora de emplear el color, han aplicado una regla simple: el gris, por su neutralidad, para los estantes destinados a libros, dado que los cómics ya son llamativos; el naranja para los lugares de trabajo, por su carga de energía, y el verde, tono asociado al relax, en las zonas de aguas.

Así, las paredes varían según los libros u objetos que se depositen en las cavidades. Una suerte de multiescaparate que conduce irremediablemente a recordar que es la casa de un publicitario, alguien que valora el poder de comunicación de las imágenes.