Muy cerca de Vigo, se encuentra una curiosa vivienda con magníficas vistas a la ría, elaboradas obras de madera y una luz natural privilegiada que llega a todas las estancias.

Con zonas interiores y exteriores dispuestas tanto para disfrutar en familia como con amigos, y una decoración que acoge desde objetos únicos a la reinterpretación de piezas clásicas. Todo cuidadosamente elegido y elaborado por los propietarios, que lo han hecho ellos mismos €con la ayuda y el asesoramiento de la tienda viguesa El Pincel Verde y la empresa Prosemadera€, desde una pantalla de lámpara o la pintura de la pared hasta la decoración y rehabilitación de los muebles. Y como un cuadro de colores cambiantes, la magia del paisaje se cuela por todos los rincones de esta vivienda de piedra que puede presumir de ser única.

El sosiego, el color y las vistas son tres de los valores de una casa perfectamente integrada en el entorno, con base de piedra extraída del lugar y vigas y maderas recuperadas. Los minerales de la piedra rojiza hacen que el tono de la fachada vaya cambiando según las estaciones, lo mismo que las variedades vegetales ubicadas en el jardín €pensadas también para que cambien sus tonalidades según la época€, con una piscina en la que el agua cae en cascada con vistas directas a la ría, lo que crea la sensación de estar dentro del mar.

Una piedra semicircular, resto de un viejo horno, se aprovechó para dar respaldo a una fuente que mana entre agapantos y rosales llenos de color. Variedades de plantas en las que abunda un azul tan intenso como el mar que se transmite al interior, como en la habitación principal, en la que prima esta tonalidad, lo mismo que en el cuarto de baño, que se combina en la pared con una moldura de cobre envejecido y piezas artesanas de inspiración clásica. El dormitorio posee una zona de lectura con una butaca recuperada y una original mesa con pie aprovechado de un perchero y tabla de mármol.

El salón-comedor, con dos ambientes, está rodeado de ventanales que lo bañan de una cálida luz €igual que el resto de la vivienda€ que, a su vez, se multiplica con las telas, las lámparas, las paredes y el suelo de madera de fresno. En la sala destaca una original mesa de centro con cajones a ambos lados que hace las veces de revistero, así como el escritorio situado a la derecha, al lado de la ventana y con panelado de madera. Para contrarrestar el clasicismo de estas piezas, en la entrada de la estancia se sitúa un mueble de líneas rectas que pone el contrapunto actual, mientras que una butaca de tonos rojizos, igual que los cojines, añade viveza y calidez al ambiente.

La sensación acogedora se transmite en la cocina, en amarillo y azul con un chinero adaptado en esquina y un hogar de leña que aumenta la sensación de calidez. La originalidad de las piezas está en todas partes.Nada más entrar, en el vestíbulo se observa un gran mueble macizo tallado con perchero y toallero y una máquina Singer, anticipo del cuidado mobiliario de toda la casa.

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