El arquitecto Peter Pennoyer es todo un experto en crear espacios infantiles, fascinantes tanto para los padres como para los hijos.

Un buen ejemplo es el dormitorio que aparece en la imagen, diseñado para un niño de 5 años en Manhattan, inspirado en el camarote de un barco. La estructura alberga una litera, estanterías para libros y juguetes y un escritorio de altura regulable.

Pennoyer quería que todos los elementos fuesen confortables y seguros al máximo. Por eso no existen bordes afilados.

El blanco y el azul son las tónicas dominantes. Resulta ingeniosa la solución aplicada para colocar una mesa de estudio aplicando uno de los bordes inferiores de una cama con «tejado» que encierra como sorpresa una divertida azotea con barandilla a la que su pequeño habitante accede a través de una escalera de mano y en la que puede jugar durante horas.

La mesa es una sencilla tabla adosada que se completa con una silla ergonómica de patas metálicas. En el cuarto no se encuentra ni rastro de tapicerías pesadas.