Intervenir en un edificio existente, y más aún con la ambición de este proyecto que hoy les mostramos, ´Contraste extremo´, de GRAS arquitectura, de Guillermo Reynés y Álvaro Pérez, es siempre delicado. En este caso, el cliente quería añadir mucho programa a la vivienda actual, una piscina cubierta, una sala de juegos y varias habitaciones; además de reorganizar la vivienda existente.

Tras mucha investigación, se optó por ampliar la casa mediante un ejercicio de contraste extremo. Se desechó la idea de intervenir en las fachadas de la casa antigua para adecuarlas a una estética más actual y se enfatizó el lenguaje contemporáneo de los nuevos volúmenes para maximizar el contraste.

El resultado es una serie de "cajas" que rodean y abrazan la casa antigua, generando una combinación novedosa entre el edificio existente y las nuevas "cajas" de acero. Dicha combinación resalta ambas arquitecturas: la antigua, de escaso valor, se realza al estar enmarcada por los nuevos volúmenes, y la nueva destaca sobremanera en contraposición con la antigua.

La materialización del proyecto fue acorde al concepto; el edificio original se dejó en el mismo estado, pintado de blanco, con cubiertas inclinadas de teja árabe y carpinterías de madera; mientras que la ampliación se realizó en acero corten buscando la rotundidad de los elementos. El acero corten es un material que contrasta claramente con lo existente, tal como demanda el concepto. Además, es un material "vivo" que va cambiando con el paso de los años, adquiriendo esa pátina que otorga el tiempo a los materiales nobles.

La combinación de ambos lenguajes genera situaciones interesantes y nuevos programas para la vivienda. La secuencia de entrada, fundamental en una casa, se realza con la intervención, ya que un nuevo volumen de porche recoge la llegada; el volumen que alberga el nuevo baño de la habitación principal vuela sobre el jardín creando un nuevo porche y enfatizando la salida al jardín, además de ofrecer espectaculares vistas sobre la bahía de Palma. En los extremos de la casa, tanto el nuevo dormitorio como la sala de juegos, sobresalen del volumen principal estirando la casa y abarcando más jardín y vistas; y por ultimo la piscina cubierta situada en una cota inferior contra el terreno.

Este singular espacio alberga la piscina, una pequeña zona de spa y un gimnasio. Una gran cristalera al sur maximiza la relación con el entorno y las vistas, de forma que el spa puede convertirse en un espacio semiexterior. Se ha prestado especial atención a los materiales de esta zona con el objetivo de dotar al espacio de la máxima calidez: el volumen de hormigón que forma elspa está cubierto con madera de ipé tanto en suelo como en techo, creando un espacio continuo que envuelve las piscinas, que a su vez se aplacan en mármol blanco para dar luminosidad al espacio. De esta forma el usuario se olvida que se encuentra en un espacio enterrado. Se consigue un entorno muy acogedor adecuado al uso para el que está concebido.

La vivienda, como es típico en Son Vida, se sitúa en una parcela dentro del pinar, con una fuerte pendiente hacia el sur y amplias vistas sobre la bahía de Palma. Al colocar el volumen del spa semienterrado delante de la casa se aprovecha la cubierta del mismo para extender el jardín; de esta forma la vivienda consigue un espacio del que carecía, una gran superficie.