El hábitat natural donde crecen las plantas y las aguas siguen su curso es a ras de tierra. La gran ciudad, con su estructura de edificios altos, nos aleja de ellas. Sin embargo, un proyecto arquitectónico puede recuperarlas. Es el caso de la reforma llevada a cabo por el arquitecto Juli Pérez-Català en este dúplex de Barcelona.

La planta superior de la vivienda -que aloja la sala y el comedor principales, más la terraza con la piscina- es donde esta reconexión con la vegetación y el agua culmina. El arquitecto ha desdibujado los límites entre el interior y el exterior y a la gran cristalera que conecta visualmente los dos ámbitos suma el tratamiento dado a los materiales.

La piedra volcánica de basalto es protagonista en el revestimiento de la piscina desbordante y el entorno del solario, y la presencia del agua se ve potenciada por el panel acristalado que cierra un costado. Con la iluminación nocturna, actúa como gran lámpara y pone en juego los efectos y reflejos de la luz con el agua vibrante. La terraza rodea la sala comedor por tres lados, y la vegetación varía en función del espacio disponible. Un canal de agua dibuja el tránsito entre el exterior y el interior, y unas losas de basalto marcan los pasos.

Desde todas las estancias de la planta baja, la relación con la vegetación plantada en dos terrazas opuestas es también intensa. En algunos espacios, la sensación es que se habita en un invernadero, aunque con las plantas fuera. En otros, la vegetación se multiplica mediante espejos. De este modo, los propietarios, que han vivido en distintos países donde priman los espacios abiertos, la vegetación exuberante y la luz, pueden disfrutar de estas cualidades adaptadas a la gran ciudad. El ajardinamiento en las alturas procura, además, unas fabulosas vistas panorámicas de Barcelona.

Pérez-Català pone énfasis también en la versatilidad de los espacios mediante un sistema de puertas correderas que comunican o cierran estancias en distinto grado y permiten transformar usos, como en una sala que es prolongación del recibidor y que se puede convertir en dormitorio de invitados.

La escalera que comunica ambas plantas desempeña un papel escultural, pero también propicia el sentido de continuidad. El basalto de la terraza superior se introduce en el pavimento de la vivienda, reviste los peldaños de la escalera y la pared, desciende hasta la planta inferior e insufla fluidez en el conjunto de los espacios.