Acertar con el diseño que mejor se adapte a nuestras necesidades así como con la mejor ubicación en el jardín serán garantía de conseguir un espacio que destaque y nos permita disfrutar plenamente de todas sus ventajas.

Es importante realizar un buen diseño para evitar algunos de los problemas habituales como mala orientación, pasos estrechos, acabados inadecuados, sistemas de depuración ineficientes u otros

contratiempos. Para evitarlo se deben seguir una serie de consejos.

Elegir buenos acabados y una empresa de confianza, hay que pensar que vamos a realizar una inversión que tiene que durar años. Una piscina siempre es un foco de atención que pasará a tener todo el protagonismo en el jardín, por ello es importante tanto su ubicación como la zona destinada al relax junto a ella, no hay nada peor que tener una bonita piscina y que la zona de tumbonas no esté bien situada.

Hay que tener muy claro el tipo de piscina que mejor se adapta a nuestro gusto y necesidades, sin olvidar que sea compatible con el jardín.

Una norma a seguir es que más vale la sencillez que el exceso. Elegir el tipo de piscina es tan importante como el material en el que se realizará.

Materiales como el acero o el hormigón visto le darán un toque moderno y contemporáneo, mientras que la piedra, la cerámica o el ladrillo tienen connotaciones más tradicionales. Y sobre todo, hay que cuidar el color del agua, se pueden conseguir tonalidades mucho más allá del azul estándar.

Colores oscuros, dan un toque contemporáneo y además de conseguir que la temperatura del agua suba proporcionan reflejos del paisaje. Blancos y cremas, son tonos suaves que combinan con espacios minimalistas y clásicos. Verdes y ocres, la naturalidad invadirá el jardín ya que los fondos verdes recrean las aguas naturales y consiguen efectos muy suaves. Colores vivos, para los más atrevidos hay acabados en rojos, granates, azules eléctricos, amarillos, etcétera. Colores patchwork, esta solución de fondo aumentará la sensación de movimiento del agua€ un fondo llamativo pero con un toque clásico. Colores degradados, para crear efectos de profundidad, especialmente efectista en piscinas muy longitudinales.

Por último, crear un rincón agradable y sombreado desde el que mirar y disfrutar de la piscina resulta fundamental.