La heredera de un imperio, un apuesto jinete de origen modesto y un enlace de ensueño en una fastuosa finca del siglo XVII. Aunque parezca el argumento de un cuento, la historia es real. El próximo sábado por la tarde, Marta Ortega y Sergio Álvarez Moya se darán el sí quiero en el pazo de Drozo, en el municipio coruñés de Cambre, poniendo el broche de oro a tres años de discreto noviazgo. La boda de la hija pequeña del fundador de Inditex —la primera fortuna de España y la séptima del mundo, según Forbes—, está llamada a ser el acontecimiento social del año pero, a menos de una semana del casamiento, poco se sabe sobre los preparativos porque la familia Ortega —siempre celosa de su vida privada— mantiene un hermetismo absoluto y no quiere dar ningún detalle.

El atuendo de los novios, el menú que se servirá en el banquete y el destino de la luna de miel son toda una incógnita. La discreción es la máxima de cara al evento del próximo sábado, al que asistirán poco más de 150 invitados. La lista oficial no ha trascendido, aunque se espera la presencia de Athina Onassis. Sobre la posibilidad de que también se deje caer Carlota Casiraghi, mutismo absoluto.

Sí se sabe que el vestido que lucirá Marta está siendo confeccionado en las instalaciones de Inditex y que una de las firmas del grupo, Massimo Dutti, participa en el diseño del traje de su prometido. Fuentes próximas a la pareja confirmaron, igualmente, que el convite lo servirá el chef Marcelo Tejedor, del restaurante compostelano Casa Marcelo, que cuenta con una estrella Michelín y que es amigo de la familia Ortega.

Pese al afán de la familia Ortega por mantener en secreto los entresijos del enlace de su benjamina, la pasada semana se desveló uno de los detalles más importantes de la novia: quién diseñará su ramo. El elegido es el prestigioso florista francés afincado en Bruselas Thierry Boutemy, un viejo conocido en la industria de la moda que ha confeccionado marcos de pétalos para desfiles de Lanvin, realizado instalaciones para firmas como Dior y colaborado con Mario Testino en las fotografías de Lady Gaga para la edición estadounidense de la revista Vogue.

Nada se sabe sobre la empresa encargada de organizar el evento, aunque las características de las carpas que se han instalado en el pazo sugieren que detrás de su montaje podría estar la misma firma que se encargó de la espectacular puesta en escena de la boda de los príncipes de Asturias, celebrada en el Palacio Real de Madrid. Otro dato que sí está confirmado es que los invitados al enlace se llevarán como recuerdo un pañuelo hecho con encaje de Camariñas y personalizado con sus iniciales. Además, los novios no quieren regalos —ni siquiera han realizado la clásica lista de bodas— y, los que reciban, serán donados a una ONG.

El único detalle que está claro, desde el primer momento, es que el enlace tendrá lugar en el pazo se Drozo, un terreno amurallado de 42.000 metros cuadrados. La finca cuenta con una imponente piscina, una gran huerta y una extensa zona arbolada. Dispone, también, de una fuente, estatuas y una vivienda auxiliar, en la que residen los caseros. Un paraje bucólico de estilo barroco, que se alza sobre una planta en forma de U y acoge una pequeña capilla, con capacidad para poco más de una veintena de personas. El enlace de Marta no será el primero que acoja Drozo. Sus padres ya se casaron allí, en octubre de 2001. La ceremonia civil tuvo lugar en la más estricta intimidad, hasta el punto de que muchos de los más cercanos colaboradores de Amancio Ortega en Inditex ni siquiera se enteraron de la boda.