Camilo José Cela Conde ha vuelto a ganar otra batalla judicial a la viuda de su padre, Marina Castaño, que por decisión de los jueces perderá dos terceras partes de la herencia que le dejó su marido al fallecer hace ahora justamente diez años. La Audiencia de Madrid ha condenado a Castaño y a la Fundación que el Nobel creó en su localidad natal de Iria Flavia a que paguen al hijo del escritor la cantidad total de 5.212.403 euros, que corresponden a las dos terceras partes de la herencia que le pertenece como heredero.

El tribunal de Madrid no hace más que confirmar, en casi todos sus extremos, una sentencia anterior que dictó un juez de primera instancia, que ya falló a favor de Cela Conde y en contra de los intereses económica de Marina Castaño. La última sentencia condena a la viuda a que pague las costas de la apelación.

Castaño puede recurrir la decisión judicial ante el Supremo. En el hipotético caso de que Castaño no recurra la decisión judicial, la sentencia de la Audiencia será firme y, por tanto, la viuda y la Fundación de Iria Flavia deberían indemnizar a Camilo Cela Conde por su condición de legitimario de su padre, el Nobel Cela Trulock. El hijo tendrá derecho a recibir la parte que en derecho le corresponde del caudal relicto que el escritor dejó al fallecer, mas el importe de las donaciones realizadas en vida.

Padre e hijo se distanciaron después de que el escritor, tras 45 años de matrimonio, decidió abandonar a su mujer, Rosario Conde, e iniciar una relación con Marina Castaño, con la que después contraería matrimonio civil.

El escritor dictó un último testamento en el que dejaba casi toda su fortuna a Castaño, mientras que a su hijo le donó el conocido Cuadro rasgado, una obra del artista Joan Miró, que Cela Conde vendería por 120.000 euros. El escritor sostenía que esta obra de arte, "de valor incalculable", según señalaba el testamento, cubría la parte de la herencia que le correspondía a su único hijo.

Los tribunales no coinciden con el escritor y han concluido que esta obra en absoluto cubre los dos tercios de la herencia a la que Cela Conde, catedrático universitario y escritor, tiene derecho.

Esta pintura, que se vendió en una galería de arte de Italia, fue tasada en su momento en 100.970 euros, muy lejos de los casi siete millones de euros que está valorada la fortuna global del Nobel de literatura.

Empresas "pantallas"

El heredero, que acudió a los tribunales representado por el abogado Miquel Capellà, denunció que su padre y su esposa, Marina Castaño, habían creado una serie de empresas "pantallas" con las que cobraron los derechos de autor, valorados en cuatro millones de euros. Estas sociedades eran "Palabras y Letras", que creó el escritor en diciembre de 1996, y "Letras y tintas", que se formalizó un año más tarde.

Tanto la primera sentencia, como ahora la segunda, declaraba nulos los contratos de cesión de los derechos de explotación de la propiedad intelectual que el escritor firmó con estas dos sociedades. El juez estableció que los titulares de la sociedad "Letra y Tinta" debían reintegrar en la herencia los beneficios que hubieran obtenido tras la muerte del escritor.