Parecía que Tom Cruise, tras dos sonados fracasos matrimoniales, había encontrado en la modosa Katie Holmes a su esposa soñada. Pues no. Tras la espantada de la actriz de ´Dawson crece´ con su hija, Suri, para pasmo del actor de ´Mission impossible´ ha llegado una endeble calma con un supuesto acuerdo de la ex pareja para que el divorcio no se convierta en la guerra de los cien daños. El mundo de las celebridades está acostumbrado a ese tipo de conflictos porque está en juego mucho dinero, y relaciones que parecían idílicas se convierten, de pronto, en infernales.

Brad Pitt y Jennifer Aniston eran la pareja perfecta de Hollywood hasta que dejaron de serlo. Claro, se cruzó por el medio Angelina Jolie y Aniston se quedó con un palmo de narices y 22, 8 millones de euros. Jolie venía de una mala experiencia con el actor Billy Bob Thornton, con quien acabó mal por diferencias irreconciliables.

Algunas aguas bajan tranquilas: Jennifer López y Marc Anthony. Siete años de matrimonio

por la borda, aunque la ruptura, de momento y para bien de sus hijos, sigue cauces civilizados. Los 250 millones de dólares de su fortuna común se repartieron a partes iguales... o eso dicen.

Caso aparte es el que protagonizó el ultracatólico Mel Gibson. Después de casi tres décadas casado con Robyn, los escarceos amorosos fuera de casa del actor con la rusa Oksana Grigorieva le costaron quedarse en el felpudo. Entre 900 y 1.000 millones de dólares aliviaron los dolores de la esposa.

Courteney Cox y David Arquette llevaban 14 de años casados desde que gritaron unidos en «Scream», pero un 'desliz' del actor con otra mujer provocó el fin de la historia. Hace meses, otra pareja que se consideraba indestructible, y que pregonaba su amor cada dos por tres en Twitter, se hacía añicos: Demi Moore y Ashton Kutcher. Ella no levanta cabeza, él no la sienta. Curiosamente, ella se había divorciado antes de BruceWillis, pero de éste sigue siendo una buena amiga, quizá porque no hubo terceras personas de por medio.

Algunas rupturas van acompañadas por el escándalo. Arnold Schwarzenegger, 'Terminator ' para los amigos y ex gobernador de California para los enemigos, dejó boquiabierta a Maria Shriver cuando salieron a la luz públicas infidelidades e hijos ilegítimos con una asistenta doméstica. Veinticinco años de convivencia al diablo. Arnie tendrá que ponerse a trabajar como un descosido para arreglar el roto en su fortuna: entre 300 y 570 millones de euros se han ido o se irán a la cuenta doliente de Maria.

También causó un escándalo planetario el golfista Tiger Woods cuando, por culpa de un accidente de tráfico más bien extraño, se supo que entre hoyo y hoyo se dedicaba a golfear. Su esposa, Elin Nordegren, con la que llevaba casado seis años, se quedó de piedra primero y de oro después con más de 300 millones de dólares en el banco, cantidad que incluye su silencio ante los medios.

Christina Aguilera y el ejecutivo de la industria musical Jordan Bratman, con cinco años de matrimonio y un niño en común, llegaron a la conclusión de que lo suyo no tenía futuro.Y cada uno por su lado. Susan Sarandon y Tim Robbins tenían muchas cosas en común, incluido su activismo político, y eso hizo posible que estuvieran más de veinte años juntos. No estaban casados, pero como si lo estuvieran. Parecían inseparables hasta que se separaron.

Al ex 'Beatle' Paul McCartney le costó un ojo de la cara romper lazos legales con Heather Mills. Un ojo de unos 50 millones de dólares. Los mismos que pagó el director James Cameron tras romperse el amor con la actriz Linda Hamilton en sólo un año. Michael Douglas, antes de encontrar el amor defintivo (hasta ahora) con Catherine Zeta Jones, tuvo que vaciar la caja de caudales para poner tierra de por medio con la mallorquina Diandra. Unos 45 millones de dólares. Calderilla, en todo caso, comparado con lo que le costó el divorcio al magnate Roman Abramovich: se habla de 8.000 millones de euros los que recibió su ex esposa, la ex azafata Irina, aunque otras fuentes lo rebajan a unos 1.700 millones de dólares, los mismos que pagó otro magnate, Rupert Murdoch, a Anna Murdoch tras 32 años

juntos.

La «celebritie» Kim Kardashian (o sea, que es famosa por ser famosa) protagonizó uno de los matrimonios más breves de la historia: a los 72 días de casarse con Kris Humphries se dijeron adiós, muy buenas. Tampoco duró mucho (aunque no fueron tan veloces) el contrato entre Scarlett Johansson y Ryan Reynolds. Otra pareja joven y guapa, ReeseWitherspoon y Ryan Phillippe, también rompieron puentes. Eva Longoria y el jugador de baloncesto Tony Parker comieron perdices durante tres años (más cuatro de novios) hasta que se les atragantaron. La culpa, supuestamente, fue del indiscreto móvil de Parker, en el que Longoria encontró mensajes poco apropiados para un hombre casado. Desesperada se quedó. Elizabeth Hurley, modelo y ex novia de Hugh Grant, se separó del magnate indio Arun Nayar tras cuatro años de matrimonio. La actriz de 'Remando al viento' aludió al 'comportamiento irrazonable' de su ex marido para tomar la decisión.

Harrison Ford pagó a su esposa, la guionista Melissa Harrison, 85 millones de dólares tras un cuarto de siglo casados. Su jefe en el cine, Steven Spielberg, puso sobre la mesa ¡en 1989! 100 millones de dólares a Amy Irving, su mujer durante cuatro años. Al cantante Neil Diamond le costó 150 millones romper vínculos legales con la productora de televisión Marcia Murphey, pero los dio por bien empleados.

Michael Jordan, leyenda del baloncesto, se divorció de Juanita tras 18, y tuvo que encestar 168 millones de dólares. A Kevin Costner la separación de Cindy Silvia (16 años bajo el mismo techo) le supuso quedarse sin 80 millones de dólares. Mick Jagger fue casi 17 millones de euros menos rico por acabar mal con Jerry Hall. Claro que no siempre son ellos los que pagan el plato roto: Madonna le soltó a Guy Ritchie 92 millones de dólares.