Considerado el intérprete español más popular internacionalmente de todos los tiempos, Julio Iglesias repasará los éxitos que han hecho mundialmente conocido a este cantante que reside ahora en Miami. Con esta gira sumará nuevos espectadores a los más de sesenta millones que se estima que han asistido a sus conciertos a lo largo de su trayectoria. Hey!, La carretera, De niña a mujer, Corazón partío, Baila morena y Me olvidé de vivir son algunas de las canciones incluidas en este primer disco recopilatorio, que también añade Me va, me va, Caruso y Manuela, temas inolvidables para los seguidores de este intérprete.

Su nuevo disco, Julio Iglesias 1, es una recopilación de sus grandes éxitos, ¿ha sido difícil hacer esta selección?

Esta obra es solo una parte de lo que viene de camino con canciones de toda mi vida. Estoy muy contento con el resultado de Julio Iglesias 1, que ya se está vendiendo por todo el mundo y pronto haremos la segunda parte. Es el primer volumen de una gran colección de clásicos.

¿Por qué decide hacer un recopilatorio y no se ha decantado por nuevas canciones?

Tenía que aprovechar las nuevas tecnologías que han llegado a los estudios de grabación. La calidad del sonido es fenomenal. Además, es difícil escribir nuevas canciones y ahora canto mucho mejor que cuando grabé por primera vez estas canciones, que era un cantante regular.

¿Sería capaz de elegir una canción suya como la número uno de su carrera?

No puedo [Ríe]. Es como si te hacen elegir entre las diferentes novias de tu vida, es imposible.

Tras cuarenta años de carrera, ¿cómo se consigue ser un número uno, señor Iglesias?

No me considero un número uno, pero seguro que estoy entre los dos millones primeros [Bromea]. Pienso que en la música no hay números uno, hay arte.

¿Los más de cuarenta años de experiencia le han hecho cantar mejor?

Hay que aprender día a día. En La vida sigue igual que grabé en 1968 no cantaba, pero lo intentaba. Poco a poco he ido perfeccionando la voz.

Usted suele cantar al amor, ¿la experiencia que le aporta la edad se ve reflejada en la forma de interpretar esas canciones conforme pasa el tiempo?

No hay que ser Hamlet para cantar al amor. El amor siempre está ahí, es universal. Hay quien lo canta, quien lo vive. No se vive igual el amor con veinte años que con setenta, es diferente.

¿Y cuáles son esas diferencias?

Si supiera esas diferencias, las cantaría.

¿En algún momento se ha planteado dejar la canción a un lado y disfrutar de la vida y de su familia?

Si soy un chaval [Ríe]. ¿Cómo voy a dejar la canción? Estoy empezando.

¿Se arrepiente de algo que haya hecho durante su carrera?

No. Mi vida está en el escenario, desde Benidorm hasta China.

¿Qué consejos le daría a los jóvenes que ahora empiezan en la música?

Deben ser persistentes. A los jóvenes les dejan poco tiempo para enseñar su arte. Cuando veo los concursos de televisión en los que se buscan a nuevos talentos siempre pienso que me habrían expulsado el primero.

¿A qué artistas escucha en sus ratos libres?

Escucho a los artistas que suenan en la radio. Me gusta mucho Alejandro Sanz, Serrat, también escucho a mis hijos Enrique y Julio. El pop flamenco también me apasiona, como Rosario y Lolita, a cuya madre [Lola Flores] amaba por su arte. Me gusta la música que le gusta a todo el mundo. Eso sí, no me gusta el uso de las nuevas tecnologías si no es para darle calidad al sonido.

Sus hijos Enrique y José también cantan, parece que la pasión por la música viene de serie en los Iglesias, ¿le gustaría que alguno de sus nietos o hijos pequeños también siguieran sus pasos y se subieran a los escenarios?

Puede que el arte se lleve en la sangre. Enrique y José lo hacen fenomenal y mis pequeños Rodrigo y Miguel ya empiezan a tocar la guitarra, así que apuntan maneras por el mundo de la música.

¿Y al patriarca de la saga, qué le da fuerza para seguir cantando por todo el mundo?

La música me mantiene vivo, es mi pasión. Me da fuerza cantar cada día en una ciudad.

¿El público es exigente o se ha vuelto más conformista con el éxito que tiene?

Los artistas somos muy vulnerables, dependemos del público, que es muy sabio. Si un artista canta mal, no vuelve a ese escenario por más seguidores que tenga.

¿No le agota esa presión por agradar siempre a su público?

Esa presión es la que favorece la creatividad del artista. Es la magia de mi vida en el escenario. Es como una carrera de Fórmula 1, aunque no salgas desde los primeros puestos debes tener la motivación suficiente para ponerte en cabeza y destacar, como Fernando Alonso.

¿Qué tipo de sensaciones le produce subir a los escenarios?

Es una emoción grandísima y más cuando regreso a tierras que amo.

¿Esas sensaciones han ido cambiando con el tiempo?

La pasión por la música no cambia. Si no tuviera esas ganas de cantar, no podría subirme a un escenario.

Tras tantos éxitos cosechados a lo largo de estos años, ¿qué más le puede pedir a la música?

El éxito suena a pasado. Siempre hay que mirar hacia adelante, buscar nuevos retos. El éxito no tiene por qué ser público siempre. Hay que conseguirlo no solo en lo profesional, también en el ámbito familiar, con los amigos.