"Son delirios de un viejo". La frase del ex primer ministro británico Tony Blair en referencia al magnate de la prensa Rupert Murdoch no favorece precisamente la distensión. Estamos ante una cuestión de faldas que está volviendo loca a la prensa sensacionalista británica y a la sociedad inglesa en general. Murdoch asegura que no quiere saber nada de quien era uno de sus grandes amigos, porque le puso los cuernos con la ahora ya ex mujer, Wendy Deng. Murdoch y Deng anunciaron su divorcio en julio y la causa, al parecer, fue la infidelidad de la mujer con el político. Blair lo negó todo.

La pareja llevaba casada 14 años y tienen dos hijas. El magnate vive su particular crisis personal que se une a la crisis de su imperio mediático, afectado por el vergonzoso asunto de las escuchas y los sobornos que acabaron con la publicación estrella "News of the World". Asegura Murdoch, de 82 años, que Deng y Blair se la jugaron desde octubre de 2012 a abril de este año, con encuentros incluso en la casa del empresario en California. Blair es el padrino de una de las hijas de Murdoch y Wendy Deng, quien a su vez es muy amiga de Cherie, la esposa de Blair.

Está por ver que esta última amistad se mantenga. Blair presenta pasado mañana en Madrid el libro del ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.