Justin Bieber es más conocido por su poca educación y mal comportamiento que por sus triunfos musicales. Desde hace años sus disputas con los fotógrafos son más que sonoras pero además en los últimos meses el de Canadá no deja de meterse en líos a cada cuál más escandaloso.

En octubre de 2013 el cantante fue denunciado por supuesto ultraje a la bandera de Argentina, después de que en un concierto en Chile la utilizase a modo de escoba para limpiar el suelo del escenario.

No era la primera vez que el artista tenía problemas con un país, ya en diciembre de 2012 fue declarado persona non grata en Filipinas después de que colgase en su Instagram varios fotomontajes sobre la derrota del boxeador filipino Pacquiao ante Juan Manuel Márquez. En uno de ellos, Simba aparecía llorando ante un Pacquiao y en otra, Pacquiao salía haciendo uno de los imposibles pasos de Michael Jackson.

En Arizona seguro que tampoco tienen muy buena impresión del joven, ya que en pleno concierto en Glendale vomitó dos veces encima del escenario y en Toronto dejó un recuerdo imborrable a sus enloquecidas fans tras escupirlas desde un balcón del hotel donde se alojaba.

Su comportamiento tampoco es demasiado bueno con la prensa, especialmente después de que el cantante fuera fotografiado consumiendo marihuana.

En marzo de este mismo año, horas antes de un concierto en Londres en el que se desmayó, insultó y golpeó a un fotógrafo que se encontraba en las puertas de su hotel para averiguar su estado de salud, sumando así una nueva denuncia por agresión a estos profesionales.

Pero su incidente más grave ocurrió en enero de 2013 cuando un paparazzi fue atropellado por el coche del cantante en Los Ángeles aunque lo cierto es que él no estaba dentro del automóvil. El fotógrafo murió pocas horas después.

Pero los paparazzis no son los únicos que inmortalizan las hazañas del joven. Tati Nieves, una prostituta brasileña le grabó tras haber pasado una noche juntos, tirado en la cama y se encargó de subirlo a las redes sociales.

Otras veces son sus propios amigos los que fotografían o graban al cantante en sus peores momentos como por ejemplo cuando se encontraba comiendo con ellos en un restaurante y le entraron ganas de orinar pero en vez de ir al baño utilizó un cubo industrial de fregona para estos quehaceres. Además ese día, la pandilla se dedicó a tirar algunos productos de limpieza por las paredes del local y a molestar de forma insolente a los trabajadores del mismo.