Tres años después de su último disco, la mexicana Julieta Venegas regresa renovada. 'Los momentos', su nuevo álbum, refleja un cambio a todos los niveles. Suena más electrónico y sus letras respiran un aire reflexivo, que roza la melancolía.

Un disco "más oscuro y triste", apunta ella. Un registro que sorprendió a la propia artista, porque compuso los temas tras convertirse en madre, en solitario, de Simona, su hija de dos años. "Pensaba que una experiencia así, que te remueve por dentro, me inspiraría un disco más alegre, feliz, pero salió así. Es que tengo la sensibilidad a flor de piel", confiesa. Un tsunami emocional que, sin embargo, la ha hecho "más fuerte y valiente, lista para seguir adelante".

Cantautora de éxito, multiinstrumentista, Venegas fue precoz: "A los doce años quería ser directora de orquesta". Desde entonces nunca tuvo un plan B. "Escribir es una necesidad vital para mí, una terapia". Por ello vuelca en sus letras sus emociones: añoranza ("no creí en ti"), decepción ("la vida no es un vals"), preocupación por su país ("Era todo alegría en mi ciudad, pero mi sangre corrió") y esperanza: "Hoy toca volver a empezar".

Embajadora de buena voluntad de Unicef, Venegas alerta sobre la dura realidad de sus compatriotas. "Hay algo en el inconsciente colectivo, un machismo desatado que desencadena violencia sexista. Es imprescindible una reeducación de los hombres, que se sumen a la lucha".

La artista ya lleva de gira el disco, arropada por su nuevo grupo y un sonido distinto. "Me divierte cambiar de registro, experimentar. No temo arriesgarme, siempre que compongo parto de cero". Lo que más le ha costado esta vez, al ser madre, ha sido la logística para poder componer: "Tardé más tiempo en concentrarme". Su tema 'Un poco de paz' lo refleja a la perfección: "Sobran cosas por resolver y la vida no me alcanza". "La compuse en sólo una hora. Me dije: es lo que tengo, no hay más... Y salió", recuerda riendo.