"Programa, programa, programa". No saquen de ahí a Julio Anguita. Hasta para proclamar la III República, actualmente su principal aspiración política, tiene claro que necesitaba antes tener un ideario que calara en la sociedad, que ofrece en su último libro ´Conversaciones para la III República´, coescrito con Carmen Reina.

A sus 72 años, el histórico ex dirigente de Izquierda Unida y fundador del movimiento cívico ´Somos Mayoría´, asume que su principal misión es formar en España un republicanismo que no se limite únicamente a conmemorar el 14 de Abril -fecha en la que se proclamó la II República el año 1931- y a mostrar la bandera tricolor en las manifestaciones. Quiere por ello construir un nuevo estado basado en la justicia social que se sustente sobre siete conceptos.

-La popularidad de la monarquía en España está en sus niveles más bajos. ¿Es el momento de la III República?

-Pues va a depender de qué mensaje republicano se transmite a la ciudadanía. A mí el republicanismo que se articula exclusivamente en atacar al Rey, aunque hay que reconocer que este Rey no es precisamente un dechado de perfecciones, y en sacar la bandera tricolor en las manifestaciones, no me vale. Ese no es el objetivo. La III República debe configurar un modelo alternativo de Estado basado en la justicia social, con una nueva constitución articulada sobre siete ejes. Los autores entendemos que a la población hay que explicarle bien qué es el republicanismo y qué beneficios tendrá la III República.

-¿Cuáles son esos siete ejes en los que se sustentaría la III República que usted propone?

-El primero serían los Derechos Humanos. Los 30 puntos de la Declaración Universal de Derechos Humanos estarían en la constitución republicana y serían de obligado cumplimiento para el gobierno, al igual que la Carta de la Tierra de 2000, que sería la inspiración económica. El segundo eje sería la democracia radical, que implicaría cambiar las leyes electorales, los estatutos y normas, con el fin de articular mecanismos verdaderos de participación ciudadana. El tercer concepto clave es la paz, con una nueva concepción de la misión del ejército. El cuarto concepto sería la austeridad, que no hay que confundir con recortes que se practican últimamente, sino una nueva visión a la relación del ciudadano con la naturaleza, del control del gasto del dinero público, de un nuevo concepto de cultura y una serie de actividades y valores que deben proyectarse en la escuela, desde la primaria a la universidad. la III República estaría basada también en la laicidad del Estado. La religión, al ámbito privado. Hay que ponerle a la Iglesia las cosas muy claras desde el principio, algo que no se hizo en la II República. También seríamos un Estado federal y cambiaríamos la política exterior, para orientarla hacia Iberoamérica en lugar de hacia Europa.

-¿Y cuánto cree que tardarían los poderes tradicionales en acabar con esta III República?

-Si la República es defendida por el conjunto de la ciudadanía, los poderes fácticos no tienen nada que hacer. El problema surge cuando a la gente le dan igual las cosas. Por eso, hay que explicar muy bien a los ciudadanos este concepto de República que proponemos. Todos los sistemas políticos tienen sus enemigos. Los tuvo la I República y los tuvo la II República, de manera fatal. Hay que aprender las lecciones. Pero entonces, ¿qué se tendría que producir en España para un cambio de régimen? La III República tiene que venir de la ciudadanía. Pero el problema es que no hay republicanos de verdad en España. Hay una gran cantidad de asociaciones que no son capaces de sentarse y articular un modelo de Estado consensuado. Ondean la bandera tricolor en las manifestaciones, piden que se vaya el Rey, conmemoran el 14 de abril, pero luego se van a sus casas hasta el año siguiente. Eso no me vale. ¡Estoy harto de los actos nostálgicos de cada 14 de abril! El libro pretende dotar a las asociaciones republicanas de un referente para que se sienten a pensar en la III República y no recuerden tanto el pasado.

¿No deberían estas asociaciones converger en un partido eminentemente republicano? ¿Estaría dispuesto a liderarlo?

-No valdría de nada si no se asume que la III República debe configurar un modelo económico y político, en el que sea la democracia la que marque por dónde tiene que ir la economía, y no al revés como ocurre ahora. No quiero una república europeísta y en la que los mercados se impongan a la política. Insisto en que no me vale el republicanismo de bandera. Y no voy a liderar nada. Lo que intento hacer es crear republicanos, ciudadanos conscientes de sus derechos y deberes. Que el discurso visceralmente antimonárquico desaparezca para dar paso a un discurso racionalmente antimonárquico.

-¿Qué le parece el mani?esto que determinados miembros de IU, y otras personalidades, como Baltasar Garzón, han presentado recientemente para apoyar la Conferencia Política del PSOE?

-Eso es un movimiento muy viejo. En el seno del PCE y de Izquierda Unida ha habido siempre dos almas. Ha existido siempre un grupo que piensa que nuestro destino es ser gregarios del PSOE. Y eso es un inmenso error que durante toda mi trayectoria política siempre he tratado de combatir. El PP y el PSOE son las dos caras del mismo proyecto político económico. El poli bueno y el poli malo. Ahora leo que este grupo de siempre ha hecho la operación de acercamiento al PSOE por enésima vez. El manifiesto es de una confusión tremenda, no dice absolutamente nada, ni una propuesta, ni una idea.