Este bilbaíno de 32 años ya no es sólo uno de los modelos más cotizados del mundo. Su carrera como actor, iniciada a las órdenes de Tom Ford en 'Un hombre soltero', se afianza estos días con la serie 'La verdad' y el estreno de la ópera prima del también actor Eduardo Casanova. 'Pieles' es una fábula alrededor de seres que, por distintas razones, viven la crueldad de no ser aceptados por la sociedad. En el filme, aparece irreconocible y completamente deformado.

¿Qué fue lo más difícil?

Entender lo que lleva en su mochila mi personaje por su tragedia, sentir cómo debe ser ese tipo de existencia y comprender las herramientas que va creando para sobrevivir a ese dolor.

¿Cómo está viviendo esta doble carrera entre la moda y el cine?

Muy contento. Son profesiones muy distintas, pero disfruto de lo que me gusta de ambas. Al combinarlas puedo elegir los proyectos que más me ilusionan.

Otros modelos que quieren actuar dicen que no les toman muy en serio€

Eres tú el que debe saber que no lo haces en broma. La aceptación de los otros no llega hasta que consigues la propia.

¿Qué se le pasó por la cabeza cuando se vio caracterizado para el filme?

Me asusté. Una parte de mí rechazaba el personaje por miedo. En los ojos podía ver mi alarma, y ese fue el punto de partida para crear el personaje. Eran seis horas de prótesis, pegamento y maquillaje. Tras rodar doce horas, me dolía cada músculo de la cara.

¿Cómo se relaciona con su belleza?

Es un regalo de la vida, pero prestado. Un plus que agradezco, pero soy más que eso, y lo saben quienes se molestan en profundizar. Es más costoso tener bonita el alma que la fachada.

Pieles trata sobre gente diferente. ¿Alguna vez se ha sentido así?

Como todos. El problema es que hay diferencias que se aceptan y otras que no. Nunca he querido ser normal, y no me interesa lo mediocre.

Tiene pendiente el estreno de la serie La verdad. ¿Qué verdad es esa?

Dejémoslo en el misterio. Sólo diré que la verdad tiene siempre muchas versiones y hay que saber elegir la mejor.

¿Qué mentiras no perdonaría?

Las que insultan a mi inteligencia. Y las contrarias a la honradez.

¿Qué le enfada y qué hace entonces?

No soporto la estupidez y la cobardía, pero a veces no queda más remedio que joderse e intentar aprender.

¿Qué le devuelve la sonrisa?

El amor.

¿Qué música oye?

De todo. Soy un poco obsesivo. Algunas canciones las escucho constantemente y luego no vuelvo a escucharlas en años. Va por temporadas. Lana del Rey, Lenny Kravitz y Adele siempre están.

¿Es de buen comer o lo del vasco con buen saque es cliché?

De cliché, nada. Un vasco siempre es de buen comer (risas).

Un lugar que haya visitado al que no volvería jamás.

Pekín no me gustó nada. Con tanta contaminación, apenas podía respirar. La ciudad estaba cubierta de una nube gigante que me provocaba una claustrofobia que no me gustaría repetir.

Un lugar que recomendaría.

Vanuatu. Fui como embajador de Greenpeace, y la expedición consistía en comprobar in situ los efectos del cambio climático. Es una tierra privilegiada, y la gente está muy concienciada del valor de la naturaleza porque ven los desastres extremos que se están produciendo.