Los gatos llevan viviendo más de tres mil años con nosotros. Desde la civilización egipcia, empezaron a verse como aliados para la gente de campo, por su instinto felino a la hora de cazar ratones, porque eso ayudaba a conservar el maíz de los graneros. También tuvieron una época de rechazo por el ser humano, cuando en la época medieval se creía que eran hijos del diablo. Hoy día, los gatos siguen sin crear la unanimidad del perro, etiquetado como mejor amigo del hombre, pero muchos hogares cuentan con la compañía de un felino, y en especial el gato Persa. La raza felina más famosa del mundo y la más extendida.

Los gatos persas, originarios del antiguo reino de Persia (Irán) y Turquía, son los gatos más conocidos del mundo gracias a su llegada en el siglo XIX a Estados Unidos. Llegaron como contrabando desde la antigua Persia junto a joyas o comida en el siglo XVII. Eran una pieza cotizada, ya que se les asociaba a la realeza y el mundo de la ostentación. Luego, en los siglos posteriores, la raza fue expandiéndose por Inglaterra y Francia.

El cruce entre el gato Persa de raza pura procedente de Persia y el Angora turco blanco, como hoy lo conocemos, se remonta a Gran Bretaña en el siglo XIX. De esta manera, suavizó el pelo y se multiplicaron los colores del pelaje.

El gato persa es un gato de tamaño medio. Cuenta con una cabeza redondeada y ancha, orejas pequeñas, y nariz chata sin morro. De nariz corta, mide de 40 a 50 centímetros de longitud y alrededor de 30 cm de altura. De un tamaño considerable, su peso ronda entre los 3,5 y los 7 kg. Estructurado un cuerpo musculoso y redondeado, con patas cortas pero anchas y con una cola de pelo redondeada en el extremo.

Sus ojos grandes y redondos, cuentan con una expresividad característica en esta raza de gato. Pueden ser de una gama amplia de colores; azul, cobre, naranja pálido, o verdes. También pueden tener un color diferente en cada ojo. Otra de sus características diferenciales es su pelaje sedoso, largo y denso que habrá que cuidar de manera constante, recomendándose un peinado diario para evitar nudos. Cuentan con colores como crema, negros, blanco, lila e incluso el rojo.

De carácter tranquilo y sosegado, a veces hasta perezoso, el gato persa es un animal cariñoso y agradable. Se compenetra perfectamente tanto con humanos como con gatos de otras razas, e incluso perros. Es una de las mejores razas felinas como animal doméstico, ya que carecen de instintos callejeros y requieren mucha atención. No conviene que pasen muchas horas tirado en el sofá. Costará, ya que tienden a estar más tranquilos con el paso del tiempo. Nos acompañaran al menos unos quince años, llegando incluso a los veinte.