Te encantan los perros. No puedes evitarlo, te asombra lo inteligentes y fieles que son. Cuando estás paseando y te cruzas con uno, no falla: siempre te paras para acariciarlo y pedirle al dueño que te haga una ficha rápida del espécimen: nombre, raza, qué edad tiene y qué tal se suele portar.

Harto de no ser tú el que contesta las preguntas, y a la vista de la cantidad de canes que necesitan un hogar, últimamente le has dado vueltas a la idea de sumar un nuevo miembro en la familia. Está claro: quieres adoptar un perro.

Pero debemos ser conscientes de que a veces no es suficiente con nuestras buenas intenciones. Si queremos que el trato que le demos al animal realmente sea el adecuado, antes de llevarlo a casa deberemos tener en cuenta varios aspectos a considerar.

En primer lugar, tener perro es una responsabilidad que dura mucho, mucho tiempo: pueden vivir entre 8 y 20 años, dependiendo de la raza (los perros de gran tamaño viven considerablemente menos que los pequeños). En ese tiempo, dependerá de ti para salir a pasear, alimentarse, limpiarlo y un largo etcétera.

Como con todo, el dinero también juega un papel importante. Asumir el cuidado de un perro conlleva muchos gastos: además de un buen pienso, necesitan visitar asiduamente al veterinario, ser vacunados habitualmente -sobre todo en sus primeros meses de vida-, productos antiparasitarios, accesorios para pasear y jugar... ¿Dispones de una posición económica cómoda para afrontar esta inversión?

También deberás pensar si dispones de sitio en casa. Los perros no sólo necesitan salir cada día el tiempo suficiente para cansarse y hacer sus necesidades, sino además vivir en un espacio lo suficientemente grande para no agobiarse. Asimismo, dependiendo de la raza, puede que el animal sea demasiado activo para vivir en un piso. Asegúrate que el can es de una raza apta para vivir en piso, o si por el contrario necesitará un terreno.

Por último, deberás preguntarte: ¿estoy dispuesto a cambiar mis hábitos? Dependiendo de lo activo que seas o del esfuerzo que estés dispuesto a hacer, te convendrá más que el perro sea de una raza más o menos tranquila. Si eres deportista y buscas un compañero para salir a correr, obviamente no te decantes por un bulldog. Si eres más bien hogareño, un perro muy enérgico -como un beagle- puede volverte loco.