La lluvia que empapó este viernes de forma inusual la desértica ciudad de Las Vegas, en Nevada, obligó a cancelar la alfombra verde de la 14 edición de los Grammy Latino cuya organización no tomó precauciones ante las inclemencias que anunciaban días antes los partes meteorológicos.

"En catorce años de celebración esto nunca nos había pasado. Estamos en pleno desierto, había un pronóstico de que podía llover y la única explicación lógica que encuentro es que Dios quería venir a los Grammy y como no tuvo boletos se enojó y mandó llover", dijo el presidente de la Academia Latina de la Grabación, Gabriel Abaroa.

El máximo responsable de la organización trató de quitarle hierro al incidente aunque terminó por reconocer la falta de previsión y aseguró que no volvería a pasar en años sucesivos para los que tendrán que estudiar las medidas a tomar.

Abaroa indicó que hubo una mínima parte de la alfombra que sí se transmitió, aunque no se emitió para los periodistas presentes cubriendo el evento, y fue "un favor que hicieron para darle esa parte a los patrocinadores", cuyas marcas no lucieron acorde con el apoyo que prestaron a la celebración.

La Academia confió en que las nubes no aguarían el habitual desfile de famosos y dejó a la intemperie la alfombra, los focos y el resto de la instalación que quedó tan encharcada que pasadas 14.00 horas local se decidió anular la entrada tradicional de artistas.

Antes, la prensa había esperado de forma improvisada en fila, en un pasillo sin alfombra dentro del hotel y casino Mandalay Bay, donde tuvo lugar la ceremonia de premios, a que comenzaran a pasar los músicos que acudían a la gala.