Elegancia y confort son los dos principios básicos de Cremieux, una marca de moda masculina que cuida el detalle y la calidad de los tejidos por encima de todo.

El 38 es un número significativo para Cremieux, porque ese año -1938- nació Daniel Cremieux, fundador de la marca. Hoy forma parte de su logotipo junto con un escudo deportivo retro. Tiene sentido, porque esta marca, genuinamente francesa y que abrió su primera tienda en Saint Tropez en 1967, adopta el estilo del ambiente de las selectas universidades del este de Estados Unidos. Dedicada exclusivamente a la ropa masculina, ha ido evolucionando y, de la mano del hijo del fundador, que es director ejecutivo y responsable de diseño, se han incorporado nuevas líneas, como la Luxury Collector, la Blue Label y, especialmente, la Mercer Street Collection, que ya tiene tienda propia en el Soho neoyorquino. "Ha sido el colofón de esta nueva etapa", afirma Stephan Cremieux, que heredó de su padre una empresa, pero también el entusiasmo por lo que hace y las ganas de ampliar el negocio.

Su estilo es de una elegancia poco convencional, y si en algo no hace concesiones es en la calidad de los materiales y la realización de las prendas, las que lo requieren, confeccionadas a mano. También mantienen fidelidad absoluta a la idea que se marcaron desde los inicios de garantizar la confortabilidad.

Modelos para el otoño

En su primera vez sobre una pasarela -en enero en Madrid- en los 40 años de existencia de la firma, Cremieux dejó claro los principios de su propuesta, un estilo con toques informales cuando se trata de las líneas más clásicas, y con detalles elegantes en los conjuntos más sport. Sus referencias se encuentran en la Riviera francesa, el ambiente de las selectas universidades de Estados Unidos y la sastrería inglesa tradicional.