La primavera está a la vuelta de la esquina y seguro que ya tienes pensado sacar un calzado un poco más veraniego para esta época del año y guardar las botas de invierno. Pero cuando lo haces, sorpresa, esos botines o sandalias que te apetecía ponerte están hechas unos zorros. Para que esto no te vuelva a pasar sigue estos trucos que te comentamos a continuación.

  1. Guarda los zapatos en sus cajas. Es fundamental. No tires las cajas de esos zapatos que adoras. Cuando llegues a casa guárdalos en su caja original o, en su defecto, en otra similar. De este modo conseguirás mantenerlos libres de polvo y evitarás que entren en contacto con el resto de calzado, protegiéndolos de manchas y rozaduras.
  2. Cambia las suelas. Una suela nueva es una buena forma de alargar la vida de tus queridos zapatos. Hay de goma o de madera. La de goma es la más recomendable y la puedes cambiar nada más comprarlos, o bien cuando vayas a guardarlos para la próxima temporada. Aprovecha además para poner unas plantillas nuevas para que se mantengan tan cómodos como el primer día.
  3. Ten un rotulador siempre a mano. El truco del rotulador nunca falla. Ayuda a disimular pequeñas rayaduras. Si la raya es muy profunda, el rotulador no sirve y deberás acudir inmediatamente al zapatero o recurrir a un baño de tinte.
  4. El borrador mágico. El ante o la gamuza son materiales muy delicados y difíciles de limpiar. En estos casos siempre viene bien un borrador mágico. Se trata de unas esponjas de color blanco que eliminan manchas difíciles de limpiar. Eso sí, es clave que actúes tan pronto como veas la mancha.
  5. Límpialos a fondo. Si no los vas a usar durante una temporada, límpialos muy bien con betún, grasa de caballo u otro producto antes de guardarlos en su sitio.
  6. Actúa rápido. No dejes pasar el tiempo cuando surja un problema con tus zapatos. Si ves una mancha, límpiala de inmediato; si se rompe un tacón, llevalos rápidamente al zapatero. No esperes, porque el problema podría no tener solución.
  7. Si te rozan... Los roces provocan heridas que debes curar de inmediato para evitar que se manche el interior del zapato y se deforme por los andares doloridos. Si recurres a tiritas, mejor ponerlas en el calzado que en el pie.
  8. Lleva un par de repuesto en el coche. Los pedales del automóvil pueden llegar a deformar los zapatos. Por eso, lleva un calzado más cómodo o que no te importe estropear.
  9. Limita su uso. La regla de oro. Evita ponerte tus zapatos preferidos un día sí y otro también. Es mejor dejar pasar 24 horas para que respiren.