Un estudio de psicología ocupacional realizado por investigadores de la British Psychological Society demuestra que con frecuencia los trabajadores que se aburren (pierden concentración y cometen más errores) en sus empleos recurren, para despertar, al chocolate o al café. Por el contrario, los más apáticos preferían el alcohol.

Por otro lado, pensar en el chocolate para buscar una solución a la falta de interés, también tiene otros beneficios. En la revista American Journal of Clinical Nutrition, aparece estos días un estudio de la Norwich Medical School (Gran Bretaña) que apunta, tras un análisis de más de 1.300 individuos, que el consumo de chocolate negro podría disminuir la presión arterial, proteger los vasos sanguíneos y reducir la insulina; lo cual indicaría, que el chocolate podría ser bueno para el corazón. Son necesarias más investigaciones, dicen los autores del proyecto, para determinar si esta bondad del chocolate reduciría en humanos los riesgos de sufrir un ataque al corazón. Los culpables de este probable beneficio serían los flavonoides, moléculas que también se encuentran en otros alimentos cardiosaludables, en consumo moderado obviamente, como son las nueces, el té o el vino.

Pero en la otra cara del consumo de chocolate tenemos que indicar los beneficios para la cintura, para ella en sí misma, que se ve incrementada por las grasas y calorías que contiene el hijo del cacao. Un estudio publicado por la Universidad de California en Archives of Internal Medicine trae otra buena noticia, y controvertida, para los adictos al chocolate: su consumo regular y moderado podría relacionarse con un menor peso, aunque esto les parezca increíble. Y añadan, una mejora en los niveles de colesterol. El estudio realizado con mil personas adultas, demuestra que los que consumían chocolate con mayor frecuencia (más de cuatro veces por semana y practicaban también ejercicio), tenían el índice de masa corporal más bajo, eran más delgados. Los resultados seguían siendo positivos para el cacao, incluso tras realizar los ajustes necesarios para variables como edad, sexo, educación o consumo de frutas y verduras. Aunque no sabemos el tipo de chocolate consumido por estos afortunados cobayas, si negro o con leche, lo cierto es que los habituales al chocolate tenían entre 2 y 3 kilos menos de peso que sus iguales poco o nada chocolateros. Quizás, el secreto de una buena dieta sería el placer de acompañarla con una dosis de chocolate al día.

Y respecto al café, culpable para algunos científicos del aumento de enfermedades cardiacas, cáncer, y accidentes cerebrovasculares, entre otras maldades, investigadores del Instituto Alemán de Nutrición Humana (Postdam-Rehnruecke) niegan, en American Journal of Clinical Nutrition, su asociación con estas enfermedades crónicas. Incluso dicen en su trabajo que los consumidores frecuentes de café son un 23% menos propensos a desarrolla diabetes tipo 2. El proyecto analizó durante nueve años a más de 40.000 personas sanas, para concluir que el consumo de café no modifica en adultos sanos el riesgo de desarrollar las principales enfermedades crónicas. Y un dato curioso, que excluye a la cafeína, como molécula, de este beneficio, es que la reducción en la incidencia de diabetes 2 se cumplía también para los bebedores de café descafeinado.

Otro estudio anterior, en Archives of Internal Medicine, concluyó que por cada taza de café consumida al día, el riesgo de padecer diabetes tipo 2 disminuía un 7%. Biólogos celulares de la Universidad de Wuhan (China) han señalado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, que varias moléculas presentes en el café, como el ácido cafeico, clorogénico y la propia cafeína y sus metabolitos, inhibirían la acumulación tóxica de un polipéptido amiloide bautizado como «hIAPP» que se encuentra en el páncreas; los enfermos con diabetes tipo 2 acumulan «hIAPP» en tejido. De las moléculas estudiadas el ácido cafeico es la más efectiva contra el aumento de «hIAPP», después sería el ácido clorogénico, y ambas químicas, que curioso, están a mayor concentración en el café descafeinado que en el cafeinado. Las piezas comienzan a encajar.

Ignoramos todavía muchos mecanismos de acción, muchos misterios secretos de estas moléculas tan introducidas en el consumo humano. Sin embargo, hoy mientras disfrutaba del primer café de la mañana, leía que caminamos hacia la ignorancia, los presupuestos de Ciencia en España se reducen drásticamente, un 25%. He necesitado dos veces ese porcentaje de una tableta de chocolate para finalizar este artículo. Felices Pascuas.

Vinculan comida rápida y depresión

El consumo de bollería industrial (magdalenas, cruasanes, rosquillas y similares) y comida rápida (hamburguesas, salchichas y pizza) se asocia con el diagnóstico de depresión, según una reciente investigación liderada por científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de Navarra. Los resultados, publicados en la revista Public Health Nutrition, revelan que los consumidores de comida rápida presentan, respecto a aquellos con un consumo mínimo o nulo, un incremento del riesgo de desarrollar depresión del 51%. El trabajo expone además que los participantes con mayor ingesta de comida rápida y bollería industrial son más propensos a estar solteros, ser menos activos y tener un patrón dietético peor, con un consumo menor de fruta, frutos secos, pescado, verduras y aceite de oliva.