El verano se ha instalado entre nosotros:

- Este año hace más calor que nunca.

- Cada año vamos a peor. No sé donde vamos a ir a parar.

- Con este calor es imposible dormir por las noches.

- Si no pongo el aire acondicionado no duermo, y si lo pongo me levanto malísimo.

- Yo me quedo despierto hasta las cuatro de la mañana, total, en la cama no hago más que dar vueltas.

- ¡Definitivamente, el verano pasado fue mucho mejor!

Estas y otras afirmaciones se pueden escuchar en playas, terrazas y bares de nuestra zona. Año tras año, como una especie de muletilla anexa a los calores del estío.

Y seguramente contienen cierta razón. Aunque no toda. La memoria nos suele traicionar y repetimos las mismas observaciones año tras año.

Aunque si es cierto que, llegadas estas fechas, nuestro sueño se puede afectar, por una combinación de factores que lo artefactan, alejándolo de las rutinas establecidas durante el resto del año.

Cambios en los horarios propios de la época vacacional, aumento de consumo de bebidas alcohólicas, siestas especialmente prolongadas, calor nocturno desde luego y un buen numero de factores se confabulan para ahuyentar a ese buen amigo que suele comportarse durante el resto del año nuestro sueño.

Por eso no es mal momento para recordar algunos consejos sencillos y útiles que nos pueden venir especialmente bien en verano para normalizar nuestro descanso nocturno, lo que hemos dado en llamar ´higiene de sueño´.