Especialistas del área de esterilidad del hospital de Sant Joan de Alicante incluyen entre los factores que provocan los problemas de fertilidad los efectos de la actual situación económica. Según un comunicado de la Conselleria de Sanitat el denominado estrés laboral y económico, o las preocupaciones de la vida cotidiana tienen efectos para la capacidad reproductiva tanto en el hombre como en la mujer. La consulta de esterilidad del Hospital Sant Joan de Alicante ha experimentado en los últimos cinco años un importante aumento de la demanda, pasando de 26 parejas que acudieron a esta consulta en 2007 a las 109 que lo hicieron durante este pasado año. Esto ha supuesto un incremento del 256% de las inseminaciones artificiales, realizándose en 2012 un total de 171, frente a laso 48 de 2007.

Se puede atribuir este aumento del volumen de trabajo a diferentes causas, como puede ser el retraso en la edad de maternidad, provocado a su vez miedo un cambio social que supone un acceso tardío al trabajo. «La media de edad de laso pacientes atendidas en la actualidad supera los 33 años y la edad se un factor limitante al la hora de tener hijos, especialmente en la mujer, ya que la calidad de los ovocitos disminuye. En cambio, la edad fértil del hombre se mantiene durante algo más de tiempo», señala la responsable de esta consulta, la doctora Maribel Acién.

Un problema compartido

Otro factor que contribuye al aumento de la demanda es que la actitud ante los problemas de fertilidad está cambiando, dejando atrás el falso mito de que la culpable de no tener hijos era siempre la mujer y, en la actualidad, se acepta como un asunto que no afecta a una persona sólo, sino que atañe a la pareja. El hecho de asumir el problema como compartido anima a más hombres a decidirse a acudir a la consulta de esterilidad.

Tampoco se puede obviar el efecto que factores como el estrés laboral y económico o las preocupaciones de la vida cotidiana tienen para la capacidad reproductiva, tanto en el hombre como en la mujer. «En efecto», apunta la doctora Irene Velasco, «la calidad del semen ha disminuido a lo largo de los últimos años, sobre todo en los países civilizados. Esto es debido al ritmo y calidad de vida „una mala alimentación y el sedentarismo influyen negativamente„. Además, está demostrado que en zonas industrializadas la calidad del semen es peor».

¿Cómo se realiza la inseminación artificial?

La inseminación artificial va asociada a un tratamiento hormonal de la mujer, previo a la realización de la misma, que dura entre 8 y 10 días, para controlar el momento de la ovulación. El objetivo de esta medicación es simular un ciclo ovárico normal, de forma que el folículo que contiene el óvulo alcance el tamaño adecuado. El control mediante ecografía permite a los ginecólogos saber cuándo será el mejor momento para administrar a la mujer otra hormona que rompa ese folículo y se libere el óvulo. La inseminación se debe realizar de manera programada, al menos 24 horas después de que se haya liberado el óvulo. Para ello, se acopla una jeringa, que contiene el semen capacitado de la pareja, a un catéter o sonda de inseminación, introduciéndola en el útero, donde se descarga el contenido de la jeringa. La paciente tiene entonces que esperar unos 15 días para realizarse un test de embarazo y saber si la técnica ha dado resultado. El semen capacitado se selecciona en el laboratorio de andrología, donde se realizan análisis de semen (seminogramas) que miden parámetros como la movilidad, la concentración y la morfología de los espermatozoides. Tras la capacitación seminal (técnica de selección de los espermatozoides de mejor calidad) se realiza la preparación seminal para inseminación intrauterina.