El glaucoma es la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo. Actualmente lo padecen 70 millones de personas, de ellas 400.000 en España. La prevalencia aumenta con la edad, siendo del 2,1% en mayores de 40 años, y del 3,9% en mayores de 70 años.

Aproximadamente el 50% de las personas afectadas no son conscientes de su padecimiento en sus estadios iniciales, dado la ausencia de sintomatología, siendo detectado en revisiones oftalmológicas rutinarias o tras acudir al oftalmólogo por otras afecciones. Por esto se le denomina "ceguera silenciosa".

Podríamos definir el glaucoma como una neuropatía óptica crónica, como consecuencia de una presión intraocular (Pio) elevada (valores normales entre 11-21mmHg) principalmente, aunque éste no es el único factor implicado, barajándose una etiología neurotóxica y/o vascular asociada, ya que existen glaucomas normotensivos o de baja tensión.

Entre los factores de riesgo más importantes destacan los antecedentes familiares (5-20% de posibilidades de padecerlo), HTA, diabetes mellitus y cardiopatía isquémica, entidades todas estas que comprometen el flujo sanguíneo del nervio óptico. La raza negra es más proclive a padecerlo.

Existen muchos tipos de glaucoma (Pseudoexfoliativo, pigmentario, neovascular, postraumático, inflamatorio, cortisónico...), incluso congénitos, siendo el más frecuente el glaucoma crónico simple (GCS), representando el 75% de los mismos.

No hay que confundir el GCS con el ataque agudo de glaucoma. Este se produce por un cierre angular, en personas predispuestas (cámara anterior estrecha, longitud axial corta...), tras una midriasis o tras la ingesta de algunos fármacos que actúan como factores precipitantes. Constituye una verdadera urgencia oftalmológica, junto con la obstrucción de la arteria central de la retina, siendo su tratamiento una iridotomía YAG o quirúrgica.

En nuestro departamento de Glaucoma realizamos un exhaustivo estudio, cuya finalidad es la detección ultraprecoz del glaucoma (incluso glaucomas preperimétricos, es decir aquellos que todavía no muestran alteraciones campimétricas).

Al paciente se le realizan perimetrías de máxima sensibilidad, corrección tonométrica Goldmann, según paquimetría y curvatura corneales, estudio biomorfométrico del nervio óptico y análisis de fibras nerviosas mediante Tomografía Óptica de Coherencia (OCT) de última generación, curvas tonométricas, pruebas neurofisiológicas....

Actualmente, con la tecnología disponible, es posible diagnosticar un glaucoma mucho más precozmente que hace 5 años, de vital importancia para su ulterior evolución y tratamiento.

Asimismo, estos estudios permiten exonerar a muchos pacientes de un tratamiento crónico, falsamente diagnosticados de glaucoma. Estamos hablando de hipertensos oculares (HTO), personas con Pio real superior a 20mmHg y que nunca desarrollarán la enfermedad, o de pacientes a los que se les diagnosticó un glaucoma por tonometrías elevadas, sin tener en cuenta el factor corneal (paquimetría y curvatura).