Miles de personas no pueden ver películas en 3D por problemas oculares. No son las gafas en 3D - como decía una extendida leyenda urbana - las que dañan la visión. Pero sí esta tecnología cada vez más implantada en el cine puede servir para detectar anomalías oculares de los espectadores, que habían pasado desapercibidas. Cansarse, marearse o no ver claros los efectos del cine estereoscópico puede avisar de hipermetropía o estrabismos.

"Cuando miramos a un objeto se forma una imagen del mismo en la retina de cada ojo, por tanto tendríamos dos imágenes de un mismo objeto y sin embargo, vemos una sola€ Esto se debe a que ambas son procesadas en el cerebro y se fusionan en una creando una percepción de profundidad o relieve que se llama estereopsis", explica el jefe de servicio de Oftalmología del hospital Meixoeiro de Vigo, Luis Cadarso. La técnica del 3D usa ese mecanismo. Las gafas tienen unos filtros que hacen que el ojo derecho vea una imagen y el izquierdo, otra. La mente consigue ver en 3D, fusionándolas.

Y el cerebro aprende esta habilidad durante los primeros años de vida. "Por eso, esta capacidad puede ser explorada fácilmente por un oftalmólogo pero algunas personas solo se percatan de su ausencia al no percibir las imágenes 3D en el cine", explica Cadarso. "En la vida corriente la presencia de pequeños desequilibrios oculomotores o una descompensación de la graduación entre ambos ojos no ocasiona problemas, pero en el caso de visualizar estas películas obligamos al cerebro a realizar un esfuerzo adicional que puede ocasionar mareos, náuseas y dolores de cabeza". Ocurre en un 10% de la población, según Cadarso.

Con la avalancha de espectadores en los cines la semana pasada, con motivo de la Fiesta del Cine, aumentaron quienes aquejaron esos síntomas, según confirman fuentes de las salas. Una correcta visión binocular permite una buena coordinación entre los dos ojos ya que es la combinación en el cerebro del visionado de ambos lo que permite apreciar con nitidez la tecnología 3D. Así lo resume el directivo del Colegio de Ópticos-Optometristas de Galicia, Álex Dubra." Las personas que tienen un defecto de la visión binocular o bien no pueden apreciarlo, o les provoca dolores de cabeza". En ese caso, el experto recomienda "hacer un examen optométrico y mientras, no pagar el 3D".

Entre el 8% y el 12% de los espectadores tiene un déficit de desarrollo de la capacidad estereoscópica - esta cifra asciende hasta el 57% en personas con síndrome de Down. Esto incluye estrabismo (3-4%), ojo vago (2-3%),problemas de convergencia visual o tener la visión descompensada en ambos ojos. De momento no hay gafas adaptadas para estos espectadores. Si se llevan habitualmente (o lentes de contacto), lo recomendable es ponerlas en el cine junto a las otras. "Si una persona no es capaz de ver las películas en 3D es porque no tiene visión binocular. Si visualiza la película pero presenta quejas -náuseas, mareos o dolores de cabeza- debiera hacerse una exploración oftalmológica para descartar problemas de visión, añade Cadarso. Aunque la estereoscopía es un método que ha adquirido notoriedad hoy en día, bajo el nombre de 3D, la técnica fue inventada en 1838 por Charles Wheatstone, que creó un instrumento (estereoscopio) que creaba la ilusión de tridimensionalidad a partir de dos dibujos.