La práctica del "vapeo" está en boga. Se calcula que unas 900.000 personas en España se han pasado al cigarrillo electrónico, que según datos de la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) tiene ya un volumen de facturación de 18 millones de euros, una cifra que prevé que se multiplique en los próximos años.

Pero las voces en contra aumentan también en proporción al auge que está adquiriendo este dispositivo y que acredita la proliferación de tiendas especializadas, que se calcula que son unas 3.200 en todo el país, a las que hay que sumar unos 4.000 estancos que también los venden.

Quienes defienden el "vapeo" se esfuerzan por desvincularlo del tabaco, mientras que sus detractores recuerdan que, al igual que este, el cigarrillo electrónico contiene nicotina y otros muchos componentes desconocidos, por lo que no se puede asegurar que sea un producto inocuo.

El debate lo avivó la regulación del e-cigarrillo aprobada por el Congreso de los Diputados y que prohíbe su uso en edificios de la Administración, centros de salud y escuelas donde haya menores de edad, pero no en otros espacios públicos como bares, restaurantes y transporte. Hasta ahora solo unos pocos países como Francia y Bélgica han prohibido su uso también en estos espacios.

Esta flexibilidad ha molestado a organizaciones médicas y científicas, que califican de "decepcionante" esta regulación y que preparan un manifiesto para que la norma, que ahora tiene que ser debatida en el Senado, extienda esta prohibición a los mismos espacios públicos donde no se puede fumar y que su publicidad tenga también las mismas limitaciones que las del tabaco.

"Lleva nicotina y por tanto es un producto del tabaco y como tal tiene que estar sujeto a la misma normativa", asevera Elisardo Becoña, catedrático de Psicología Clínica y director de la Unidad de Tabaquismo de la Universidad de Santiago (USC), que asegura que la nicotina es la sustancia del tabaco que genera uno de los principales problemas de este producto: la dependencia.

"La industria del tabaco está detrás de todo. Lo que quiere es que el fumador siga fumando y que los niños continúen viendo fumar como algo normal, algo que con la ley antitabaco estaba comenzando a cambiar"; explica el experto en tabaquismo, para quien no extender la prohibición de "vapear" a todos los espacios públicos es un "grave retroceso" en la lucha contra el tabaquismo. "Estamos hablando de un problema de salud pública", asevera.

Victoria Aldea Míguez, vocal del Colegio de Médicos de Pontevedra y experta en tabaquismo, asegura que no hay evidencias científicas que permitan asegurar que el cigarrillo electrónico sea inocuocigarrillo electrónico. "Sabemos que contiene nicotina, pero no sabemos qué otras sustancias tiene y de las que sí sabemos, como la glicerina y las nitrosaminas, desconocemos el efecto que causan en los pulmones al ser inhaladas. Yo personalmente creo que es un auténtico peligro", afirma.

"Vapear", además, no ayuda a desnormalizar el consumo de tabaco ni ha demostrado tampoco su eficacia para abandonar este hábito. Es más, asegura que muchos "vapeadores" alternan el uso de estos dispositivos con el consumo del tabaco convencional, por lo que mantienen este consumo.

Lucía Teixeira, dependienta de Larome Vigo y "vapeadora" es una de los fumadores que alterna este dispositivo con el tabaco, al igual que muchos de los clientes de esta franquicia. "Tenemos clientes con asma que aseguran sentirse mucho mejor desde que 'vapean", comenta. Este término, sin embargo, es desmentido por la doctora Aldea, que afirma que en los propios foros de los vapeadores, estos describen síntomas propios del fumador, como irritación de garganta y problemas gástricos.

Teixeira se muestra partidaria de que no se fume en hospitales ni en colegios "por respeto y educación", afirma, pero no de su prohibición en otros espacios públicos como bares y restaurantes. "El cigarro electrónico expulsa vaho, no humo, por lo que no hace daño", insiste.

"Numerosas voces autorizadas han respaldado el uso del cigarrillo electrónico frente al convencional. Entre estas se encuentran la Sociedad Europea de Cardiología, el director del Instituto Europeo de Oncología, asociaciones de médicos de distintos países, entre ellos Francia, y distintas universidades basándose en estudios que han realizado", añade Senén Hermida, de Puff Store Vigo.

En este sentido, explica que un estudio del Instituto del Cáncer Roswell Park de Buffal (EE UU), constata que el vapor de cigarrillos electrónicos no contiene las sustancias tóxicas del tabaco como alquitrán y monóxido de carbono, y que su concentración de nicotina es mucho menor. "Los componentes de los líquidos de los cigarrillos electrónicos son la glicerina vegetal (GV), el popilenglicol (PG), la nicotina y aromas alimentarios", asegura Hermida, quien ve intereses farmacéuticos en la campaña en contra de estos dispositivos.