Es primavera y a lo lejos ya se ven las vacaciones de verano, por eso para muchos es ya el tiempo de empezar con la 'operación bikini', un momento que puede ser frustrante por el miedo que conlleva no conseguir adelgazar.or

El temor a no ser capaz de mantener la motivación, el pavor ante la amenaza del aburrimiento por una alimentación llena de limitaciones y el pánico absoluto a convertirse en una persona irritada y malhumorada, son algunas trabas a superar a la hora de realizar una dieta.

"El aburrimiento es el peor enemigo de toda dieta. Las muy restrictivas resultan desmotivadoras y el índice de fracaso es elevado", afirma la nutricionista y dietista, Yolanda Jiménez.

Precisamente, una reciente encuesta revela que el 48% de los entrevistados achaca a la falta de motivación sus fracasos con los programas de adelgazamiento. Para mantener la motivación durante todo el proceso de un adelgazamiento, Yolanda Jiménez recomienda seguir diez sencillas para adelgazar con actitud positiva:

1. Marcarse objetivos realistas: ante todo, hay que entender el adelgazamiento como un proceso. Sólo de esta manera, será un adelgazamiento saludable y permanente. No conviene fijarse metas poco realistas como la pérdida de muchos kilos en poco tiempo o intentar alcanzar la talla de ropa que se tenía con 18 años cuando el cuerpo ha experimentado importantes cambios como, por ejemplo, un embarazo.

2. Tener objetivos a corto plazo: para mantener la motivación en todo momento, conviene fijar objetivos a corto plazo que permitan conseguir la meta final. Es decir, si la meta final es adelgazar 4 kilos, hay que marcarse el objetivo a corto plazo de perder 300-500 gramos en una semana. Conseguir ese reto, aportará bienestar y la sensación de que se está en la buena línea para alcanzar el gran objetivo.

3. Aprender a ser nuestro mayor fan: quizá es lo más difícil, pero es fundamental que la persona en proceso de adelgazamiento se sienta satisfecha con los pequeños logros alcanzados. Para ello, hay que practicar el reconocimiento propio de todo aquello que se está haciendo bien: buenos hábitos adquiridos respecto a una alimentación más saludable (por ejemplo, realizar un desayuno completo cada día), interiorización de pautas para hacer una lista de la compra sensata, incorporación de rutinas para potenciar la actividad física,...

4. Empezar con pequeños cambios: si nunca se ha practicado deporte, no se puede pretender, de un día para otro, correr una maratón. Asumir grandes cambios que afectan el estilo de vida de una persona puede ser contraproducente por la dificultad de llevarlos a cabo y, sobre todo, mantenerlos en el tiempo. Es preferible que los cambios sean graduales. En el caso de la actividad física, empezar con pequeños gestos como recorrer a pie parte de un recorrido que solía hacerse en coche o transporte público puede ser un buen inicio.

5. Premiarse con un extra diario: las prohibiciones de alimentos son del todo desaconsejables en una dieta ya que dejar de disfrutar, de repente, de algo a lo que estábamos acostumbrados, se vive como un castigo. Por el contrario, premiarse con algún capricho (aplicado con sentido común y evitando los excesos) permite reconocer y celebrar todo el esfuerzo realizado. Así que nada de sentir culpabilidad al disfrutar del placer de un bombón o de una copita de vino. Estos pequeños placeres son totalmente compatibles con una dieta equilibrada.

6. Hacer cómplice al entorno más directo: es importante que el entono cercano de la persona que desea adelgazar sepa que su apoyo también es necesario. De esta manera, se evitarán regalos comestibles que aportan calorías o situaciones violentas como la insistencia para repetir ración en un evento social.

7. Contar con apoyo externo para adelgazar: diversos estudios científicos demuestran que poder compartir el proceso de adelgazamiento con personas que se encuentran en la misma situación puede contribuir a mantener la motivación.

8. Divertirse cocinando: es posible disfrutar de la comida con platos apetitosos y adelgazar. Basta con ser comedido en las raciones y apostar por alimentos ricos en proteínas y fibra, pero con menos grasas saturadas, azúcares y sodio que otros alimentos de su misma categoría. Además, hay que aprender a sacar partido de cocciones como la cocina al horno o al vapor, técnicas culinarias que proporcionan una cocina ligera pero llena de sabor.

9. Disfrutar del aire libre para mantenerse activo: con el buen tiempo, no hay excusa para mantener una vida sedentaria. Escaparse a un parque dentro de la propia ciudad o disfrutar de una excursión en el medio natural, supondrá un beneficio para el cuerpo y también para la mente. Una buena terapia para mantener el buen humor.

10. Jugar con la moda: sentirse atractivo es importante para mantener la motivación y, para ello, es importante conocer el propio cuerpo para potenciar la belleza natural de cada persona a través de la moda y saber qué prendas favorecen más (saber, por ejemplo, si tenemos que disimular caderas, definir cintura o crear volúmenes para compensar desequilibrios).