Llega la Navidad, una época en la que los excesos se notan. La proliferación de celebraciones se resumen en un buen número de comidas familiares, además de las cenas de empresa, de amigos€

Los expertos calculan que se ganan entre tres o cuatro kilos de media por persona en estas fechas, un período en el que la copiosidad de las comidas se deja notar en los meses posteriores, en especial en la tan temida cuesta de enero.

Para no llevarse un disgusto con la báscula, es preferible apostar por la moderación y el consumo variado de carnes y pescados, dos de los elementos tradicionales en muchas mesas de las familias españolas en estos días.

Las cenas, en especial, pueden derivar en una sensación de hinchazón del estómago que dificulta el sueño y provocar problemas asociados. El equilibrio entre las propiedades nutritivas de la comida y la sensación de saciedad que proporciona es la clave.

A continuación, algunas pautas y recomendaciones para una correcta alimentación navideña que no haga lamentar después los excesos.

1.- No estar en ayunas. Uno de las percepciones más comunes es la de permanecer sin ingerir alimentos en las horas previas a la comida o cena. Esta sensación de hombre hace que se termine comiendo más.

2.- No picar entre horas: Es recomendable continuar con el ritmo habitual de comidas, evitando así picar entre horas. Esta costumbre es una de las que más peso hace ganar posteriormente.

3.- Comer despacio. Un consejo fundamental no solo para estas fechas sino también para cualquier momento. La alimentación a ritmo equilibrado hará que el aparato digestivo procese mejor los nutrientes, haciendo además trabajar menos al estómago.

4.- Seleccionar antes de comer. Si es posible, conviene conocer en qué va a consistir el menú. Lo más probable es que haya entrantes, primer y segundo plato, postres€ Si se come de todo se engorda seguro, con lo que a veces conviene apostar por un plato y servirse menos cantidad del segundo.

5.- Postres y dulces. Siempre hay que tener en cuenta que turrones, polvorones, mantecados, etc. acumulan gran cantidad de calorías, por lo que es preferible aparcarlos en la medida de lo posible.

6.- Servirse en el plato. Es mejor depositar en el plato propio los entrantes, entremeses y aperitivos que se vayan a ingerir en lugar de cogerlos directamente de las fuentes situadas en el centro de la mesa, ya que así se hace un mejor control de lo que se toma.

7.- Verduras y platos al horno. Dos modalidades que sirven para evitar las tan temidas grasas. Las verduras favorecen el tránsito digestivo y preparadas al horno, como otros platos, son muy sabrosas. Asimismo, en lo que se refiere a carnes y pescados, se pueden sustituir los platos tradicionales con proteínas grasas (cordero, cerdo o salmón) por aquellos que contengan proteínas magras (pavo, besugo o lubina)..

8.- Moderar el consumo de alcohol. Las bebidas espirituosas de alta graduación, así como los cavas y champagnes, contienen numerosas calorías y la ingesta de alcohol es gran responsable de engordar. Así que conviene moderar su consumo y limitarlo a una copa de vino tinto o rosado, que contienen menos calorías.

9.- Infusiones. Siempre resultan muy útiles, en especial para personas con digestiones pasadas. Las infusiones de manzanilla y té contribuyen a facilitar todo el proceso de digestión de la comida.

10.- Sin excesos en días anteriores o posteriores. Una de las claves es ser consciente de que otro de los factores que favorecen que se adquieran unos kilos de más es la tendencia, en días anteriores o posteriores, a mantener el mismo ritmo de alimentación.