La alimentación es frecuentemente fuente de errores y mitos que han ido pasando de generación en generación y que se han instalado en la sociedad. Si bien es cierto que muchos falsos mitos en torno a los alimentos se han ido desmontando con el paso de los años, todavía persisten algunos que conviene desterrar de una vez por todas, ya que en algunos casos provocan que no llevemos una alimentación saludable. Y es que comer de manera sana siempre debe ser un placer y venir acompañado de ejercicio físico.

El pan engorda

El pan es rico en hidratos de carbono, un nutriente clave de la dieta mediterránea y fundamental para nuestro organismo. Para ingerir menos calorías hay que tomar menos cantidad y no desechar, como suele ser habitual, la miga. Lo que sí engorda es acompañarlo de alimentos calóricos como embutidos o mantequilla.

La fruta engorda si se toma de postre

El orden con que se toman los alimentos no influye en el aporte calórico. Por lo tanto, es falso que la fruta engorde como postre. La ventaja que aporta ingerirla antes de la comida es que produce un efecto saciante gracias a su contenido en fibra y agua. Los nutricionistas recomiendan consumir al menos tres piezas de fruta al día.

Es necesario tomar suplementos vitamínicos

Si llevamos una dieta variada y equilibrada podemos satisfacer los requisitos de vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita sin necesidad de ningún suplemento. Tampoco son necesarios cuando nos sentimos cansados o resfriados. Solo se deben tomar bajo recomendación y control médico.

Beber agua durante las comidas engorda

Es falso que el agua engorde antes, durante o después de las comidas. Se trata de un alimento cuyos nutrientes no proporcionan energía. Tampoco quema calorías. Se aconseja en dietas de adelgazamiento porque proporciona sensación de saciedad si se ingiere antes de las comidas.

Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda

Las llamadas dietas disociadas se fundamentan en que el aumento de peso se debe a una mala combinación de alimentos. Por eso, estas dietas consisten en no mezclar en una misma comida hidratos de carbono (cereales, pasta, patatas, pan) con proteínas (carne, pescado, huevos). Los alimentos son una mezcla de nutrientes, por lo que no pueden separarse unos de otros.

Los productos 'light' adelgazan

Los alimentos 'light' pueden ayudar en determinadas dietas de adelgazamiento, pero no hay que olvidar que también tienen calorías y no es conveniente abusar de ellos. Es aconsejable comparar el contenido de calorías de un alimento y de su versión light, y ver el que se ajusta mejor a nuestras necesidades.

Los alimentos integrales adelgazan

Las harinas y cereales integrales tienen mayor contenido de fibra y minerales, por lo que su poder saciante es mayor, de modo que se evita comer más. Sin embargo, las calorías que aportan son prácticamente las mismas que las de los productos refinados. Su consumo es clave si se busca controlar o perder peso, ya que añaden volumen de alimento, pero no calorías.

Los conservantes de latas son cancerígenos

Los conservantes añaden seguridad a la cadena alimentaria. Cuando en el etiquetado de un alimento vemos que un conservante va precedido de la letra E, no significa que sea dañino, sino que su uso está autorizado porque no representa riesgos para la salud.

Los alimentos congelados son menos nutritivos que los frescos

El congelador mantiene inalterables las cualidades de los alimentos, por lo que un pescado o una carne congelada no aportan menos nutrientes que si los comemos frescos.

Los huevos son malos para el colesterol

Un alimento no es ni bueno ni malo por la cantidad de colesterol que aporta. En el caso de los huevos, además de contener colesterol, poseen proteínas como la lecitina, así como vitaminas y minerales. Hay que controlar la ingesta excesiva de colesterol, pero ello no significa que debamos vetar determinados alimentos que tienen un alto valor nutricional. Es más recomendable aumentar el ejercicio físico y evitar el consumo de tabaco.