Usar chanclas como su calzado habitual en verano es un error que puede acarrear problemas futuros ya que, al no sujeta el pie el riesgo de lesiones es alto, por lo que su uso debe limitarse a playas o piscinas, según ha aconsejado este lunes en un comunicado el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV).

Así, al no ofrecer un soporte adecuado al pie, hay una tendencia a curvar los dedos para sujetarlas, los paso que se dan son más pequeños y hay que realizar un esfuerzo extra al caminar que supone tensar de forma continua músculos y tendones. Al andar con chanclas se estira la fascia plantar causando inflamación, dolor o cansancio, entre otros.

Por ello, las lesiones a corto plazo más comunes son esguinces, dolores en talones y arco del pie, mientras que a largo plazo podrían causar fracturas por estrés o, incluso, juanetes. Además, es peligroso utilizarlas como calzado habitual porque incrementan el riesgo de accidentes como tropiezos o enganches al subir o bajar escaleras.

Además, las personas con problemas de circulación o diabéticas, deberían evitar su uso porque al tener reducida la sensibilidad en los pies podrían lesionarse y, al no notarlo.

En cualquier caso, las chanclas deben sujetar adecuadamente el empeine y el tobillo, la suela debe estar confeccionada en un material semirígido, grueso y de alta densidad que amortigüe los golpes de los pasos al caminar y no se doblen, debe tener la forma ergonómica del pie para adaptarse a la pisada adecuadamente y hay que evitar comprarlas excesivamente baratas en tiendas que no están especializadas en calzado porque podrían estar fabricadas con materiales poco saludables o, incluso tóxicos, y provocar alergias y otros problemas en la piel.